Londres, 16 jun (EFE).- El Gobierno del Reino Unido anunció hoy
que impondrá "una pequeña tasa" a las líneas telefónicas fijas para
recaudar dinero que sirva para financiar la implantación en todo el
territorio de redes de banda ancha de nueva generación.
En una intervención ante la Cámara de los Comunes, el ministro de
Cultura, Ben Bradshaw, presentó a los diputados las conclusiones del
informe llamado "Gran Bretaña Digital", elaborado a encargo del
Gobierno para sentar las bases de su estrategia de
telecomunicaciones.
Entre las recomendaciones del estudio, realizado entre diferentes
ministerios coordinados por el secretario de Estado de Comunicación,
lord Carter of Barnes, se incluye tomar medidas contra la piratería
en internet y repartir entre varias televisiones la subvención que
ahora se lleva íntegramente la BBC por hacer su servicio público.
En una rueda de prensa anterior a la presentación del informe,
cuya elaboración se anunció en octubre de 2008, el primer ministro,
Gordon Brown, afirmó que su país "liderará al mundo" al convertirse
en la "capital digital" del planeta.
Brown recordó que internet es hoy una herramienta fundamental
para los negocios y una conexión rápida es tan importante como la
electricidad o el gas.
De ahí la importancia de que el máximo de ciudadanos en todo el
territorio tenga acceso a las llamadas redes de nueva generación de
internet, que permiten una velocidad de descarga muy superior a las
actuales.
Con la recaudación de la nueva tasa, que se calcula será de unos
50 peniques al mes (unos 59 céntimos de euro), el Gobierno creará un
"Fondo nacional de Nueva Generación" que otorgará subvenciones a los
operadores para que hagan llegar la última tecnología de banda ancha
hasta las zonas más remotas del país, donde no es tan rentable
comercialmente.
Como ya adelantó el Ejecutivo el pasado mes de enero, uno de los
objetivos es que todos los hogares británicos tengan banda ancha
para 2012 y una velocidad de descarga de al menos dos megabits por
segundo.
Otra recomendación del informe, sujeta a una consulta interna
entre las partes interesadas, es repartir entre varias emisoras, a
partir de 2013, la tasa que actualmente se cobra a los ciudadanos
para financiar exclusivamente a la BBC en su labor de servicio
público.
Ese dinero, que se cobra a cada persona que posee una televisión,
permitiría subvencionar la producción por parte de cadenas como ITV
o Channel 4 de más programas de servicio público, como noticias o
infantiles, que se perciben como menos rentables.
El ministro subrayó además la disposición del Gobierno de avalar
iniciativas conjuntas ("joint venture") entre la división comercial
de la BBC (BBC Worldwide) y otras emisoras del país, algunas de las
cuales han suprimido cierta programación por considerar que no da
beneficios.
Bradshaw, antiguo periodista de la cadena pública, insistió en
que "es más importante que nunca" tener una BBC "fuerte, segura de
sí misma e independiente", pero, según dijo, es de su propio interés
evolucionar para convertirse en un "socio para el servicio público",
para garantizar la "pluralidad de provisión" informativa.
Por otra parte, el titular de Cultura y Medios de Comunicación
anunció la intención del Gobierno de convertir todas las emisoras
nacionales de radio de analógicas a digitales para el 2015, y la
introducción de legislación contra las descargas ilegales de
contenidos de internet.
Así, según el plan gubernamental, el regulador de
telecomunicaciones Ofcom tendrá mayores competencias para actuar
contra las personas que a menudo descarguen ilegalmente de internet
música o películas, con el objetivo de reducir esa práctica en un 70
u 80 por ciento.
La industria digital y de telecomunicaciones del Reino Unido se
valora en unos 52.000 millones de libras (61.600 millones de euros)
al año, y lord Carter calculó que unos 22 millones de británicos
dependen de ese sector para su trabajo. EFE