Javier Albisu
Bruselas, 6 mar (.).- El nuevo plan de la Comisión Europea (CE) para aliviar a la industria del motor supone "un primer paso" a ojos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles ( ACEA (BIT:ACE)), que pide incentivos fiscales a las compras de coches eléctricos y advierte contra los tics proteccionistas de Bruselas y posibles represalias de China.
"Entiendo el ’made in Europe’" pero "no sería una buena idea para Europa volverse proteccionista", dice en una entrevista con EFE la directora general de ACEA, Sigrid de Vries, al día siguiente de que el Ejecutivo comunitario presentara su "Plan de Acción Industrial para el sector europeo del automóvil".
Esa hoja de ruta legislativa propone conceder a la industria dos años más para recortar un 15 % el CO2 de sus flotas y evitar así las multas en 2025, pero también propone restringir la inversión extranjera, exigir transferencias de tecnología y obligar a que los vehículos vendidos en la Unión Europea (UE) tengan un cierto porcentaje de componentes producidos en territorio comunitario.
La Comisión, que sobre los posibles aranceles de Estados Unidos por ahora sólo ha dicho que responderá adecuadamente, también amenaza en su plan para la automoción con más investigaciones por prácticas comerciales desleales a China, cuyos coches eléctricos ya están sujetos a hasta un 35,3 % de gravamen en las fronteras comunitarias.
"Nos presionan desde diferentes frentes. La escalada de la guerra comercial es muy perjudicial para una industria global", añade la directora de ACEA, que reconoce que el motor europeo puede quedar arrinconado tras perder Rusia como mercado, enfrentarse a posibles aranceles en Estados Unidos y temer ahora con una respuesta de Pekín que complique el acceso a su mercado.
"Esperamos que esta guerra comercial aún se pueda evitar o que el daño se pueda reducir", agrega de Vries, al frente de la plataforma que representa ante la UE a Mercedes, BMW (ETR:BMWG), Volkswagen (ETR:VOWG_p), Renault (EPA:RENA), Stellantis, Ferrari (NYSE:RACE), Daimlmer, Iveco, JLR y Volvo (ST:VOLVb), pero también a marcas extracomunitarias instaladas en la UE como Toyota (TYO:7203), Honda (TYO:7267), Ford (NYSE:F), Hyundai o Nissan (TYO:7201).
La mayoría de las iniciativas para el sector esbozadas por la Comisión, que ahora tendrá que ir plasmándolas en propuestas legislativas concretas y coordinando con los Estados miembros y con el Parlamento Europeo, generan ciertas dudas entre los fabricantes.
"Hay que tener cuidado", dice la neerlandesa, quien pone el ejemplo de la idea de obligar a producir parte de los componentes en territorio comunitario.
"Es mejor bajar los precios de la energía y de los costes laborales, y luego introducir requisitos de componentes locales, y no al revés", lanza la cara visible del poderoso "lobi" de la automoción en Bruselas.
La directora de ACEA tampoco se muestra entusiasmada con las limitaciones a la inversión extranjera, de alguna forma similar a lo que China hizo años atrás con los europeos: exigir la creación de empresas conjuntas para cambiar cuota de mercado por transferencias tecnológicas.
"Estamos analizándolo", dice sólo 24 horas después de conocer la versión final del documento De Vries, quien añade que "Europa debería ser un gran lugar para invertir y debería dar la bienvenida a cualquiera que quiera invertir", como ocurrió anteriormente con los fabricantes japoneses y coreanos.
Los fabricantes echan de menos en el plan más estímulos a la demanda de eléctricos, que ronda el 15 % y debería estar en torno al 25 % de las ventas de vehículos nuevos y la patronal señala que los territorios donde más avanza el eléctrico, como Noruega, California o China, los han implementado. ¿Sólo eléctricos en 2035?
Desde que arrancaron las conversaciones para preparar el plan comunitario para la automoción, que la Comisión ha elaborado tras numerosas consultas con los fabricantes, tanto los constructores como los responsables comunitarios repiten como un mantra que no se cambia el objetivo sino que sólo se aporta más flexibilidad para alcanzarlo.
"No cambiamos el destino ni la meta, sino la forma de llegar hasta ahí. Tenemos un problema de demanda", dice De Vries, quien subraya que las matriculaciones en la UE aún no han recuperado el nivel previo a la pandemia, por lo que "el pastel es más pequeño que antes".
Sin embargo, se muestra menos contundente sobre si se mantendrá intacta la prohibición de vender coches que emitan CO2 en 2035, una década después de las multas que los constructores han logrado esquivar en 2025.
"La descarbonización no cambia. Pero es muy pronto para hablar de la fecha. Puede permanecer, si se dan todas las otras condiciones, como tener energía verde asequible", dice la directora general de ACEA.