Andrés Sánchez Braun
Tokio, 21 oct (EFE).- Japón registró un déficit fiscal récord en la primera mitad de su año fiscal, lo que subraya el difícil reto que encara el Gobierno para revitalizar uno de los motores económicos del país, las exportaciones, pese a la caída del yen en el último año.
Entre abril y septiembre, primer semestre del ejercicio fiscal nipón, Japón registró un déficit comercial de 4,98 billones de yenes (37.208 millones de euros o unos 50.880 millones de dólares).
La agresiva política monetaria activada por el primer ministro conservador Shinzo Abe tras su llegada al poder en diciembre ha impulsado la caída del yen, que ha perdido un 17 y un 14 por ciento de su valor con respecto al euro y al dólar, respectivamente, en lo que va de 2013.
Este abaratado yen ha incrementado los beneficios que han generado esas exportaciones al transformarlos a divisa japonesa tras su repatriación.
De este modo, entre abril y septiembre el valor de las exportaciones niponas, que mueven el 40 por ciento de la economía nacional, crecieron un 9,8 por ciento interanual hasta los 35,3 millones de yenes (263.393 millones de euros o 360.206 millones de dólares).
Eso bastó para contentar hoy a los inversores, que se dieron a la compra de valores exportadores -algo que contribuyó a arrastrar al resto del parqué en Tokio- ante la convicción de que las hojas de resultados que presentarán a partir de la semana próxima reflejarán esa escalada.
Sin embargo, la caída del yen aún no ha servido para aumentar sustancialmente el volumen real de los bienes que Japón vende al exterior, algo que sería fundamental para potenciar la inversión de capital de los grandes grupos exportadores y que cimentaría el buen ritmo de crecimiento económico experimentado tras la llegada de Abe.
Según explicaron hoy portavoces del Ministerio de Finanzas tras la presentación de los datos, muchas empresas exportadoras han optado de momento por incrementar sus márgenes de beneficio en vez de apostar por rebajar el importe de sus mercancías para ganar así en competitividad.
La caída del yen tiene también su reverso negativo, ya que ha aumentado la factura de todo lo que Japón debe importar.
Además, el país depende ahora en más de un 90 por ciento del exterior para cubrir sus necesidades energéticas tras la detención de la mayoría de sus centrales nucleares (con las cuales cubría una tercera parte de las mismas) a raíz del accidente en la planta de Fukushima en marzo de 2011.
Así, las importaciones de crudo, paneles solares o gas natural licuado incrementaron ostensiblemente la factura y neutralizaron el el incremento logrado en la exportación de vehículos, materiales plásticos o queroseno, según los datos presentados hoy por el Gobierno.
Todo esto ha provocado que las importaciones niponas entre abril y septiembre aumentaran un 13,9 por ciento interanual hasta los 40,3 billones de yenes (410.954 millones de dólares).
El Ministerio de Finanzas publicó hoy también los datos de la balanza comercial de septiembre, mes en el que el país asiático registró un déficit de 932.149 millones de yenes (6.950 millones de euros o 9.504 millones de dólares).
Esto implica además que Japón ha enganchado 15 meses consecutivos de indicadores comerciales negativos, su peor racha desde que comenzó a recopilar estos datos en enero de 1979.
El lapso deficitario más largo que la tercera economía mundial había experimentado hasta ahora fue de 14 meses y se dio entre julio de 1979 y agosto de 1980 en las postrimerías de la segunda crisis del petróleo.
La mayoría de analistas considera que Japón tendrá complicado lograr un balance positivo en los próximos meses, ya que la reactivación de plantas nucleares, algo que probablemente no suceda hasta 2014, tardará en empezar a reflejarse en el saldo comercial nipón. EFE
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