Investing.com - El Gobierno en minoría de Pedro Sánchez ya está trabajando en un impuesto a la banca que contribuya a financiar el déficit estructural de la Seguridad Social y a sostener las pensiones.
Las patronales de la banca española AEB y CECA advierten de que la creación de nuevos gravámenes para el sector financiero no constituye una solución adecuada, porque “sería injusta y porque conllevaría efectos colaterales perjudiciales para la economía española".
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dijo la semana pasada que se trata de un impuesto “bastante novedoso, porque no hay tantas referencias” en Europa.
Y precisamente la banca replica que el incremento de la carga tributaria generaría para las entidades españolas “una desventaja competitiva a nivel europeo".
Las patronales sostienen también que afectaría "de forma muy negativa" a la solvencia de las entidades. "El establecimiento de un impuesto sectorial supondría un sobrecoste adicional que haría aún más difícil acceder al mercado de capitales", agregan.
El colectivo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), sin embargo, asegura que el impuesto que propone el Gobierno dejará intacto al menos el 94% del beneficio de las entidades, por lo que apenas afectará a la solvencia del sector.
No obstante, los técnicos reconocen que los accionistas de los bancos pueden ver reducido el pago de dividendos que está directamente relacionado con el resultado, lo que a la postre restaría ligeramente atractivo a la compra de acciones.