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Londres, 5 jul (.).- La ministra británica de Economía, Rachel Reeves, no descarta una subida de impuestos en los presupuestos que presentará en otoño para cubrir el agujero fiscal que ha supuesto para las arcas públicas la marcha atrás en el plan gubernamental de recortes sociales.
En una entrevista con el diario ’The Guardian’, Reeves, cuya continuidad ha sido puesta en entredicho esta semana, reconoció que la decisión de recular en los recortes a las ayudas por discapacidad "tiene costes", después de que el Gobierno se diese obligado a dar marcha atrás este martes ante el riesgo de perder la votación parlamentaria.
"No he trabajado tan duro para renunciar ahora", dijo la ministra, que esta semana lloró durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento, lo que disparó las especulaciones sobre su futuro.
Reeves lamentó haber acudido a la sesión en ese estado emocional, pero al mismo tiempo consideró que la ciudadanía podrá empatizar con ella tras un "duro día en la oficina".
Una rebelión en la bancada laborista amenazó con hacer descarrilar las reformas sociales del Ejecutivo laborista de Keir Starmer, y solo una serie de concesiones que vaciaron en buena medida el ahorro que se pretendía conseguir impidieron en el último momento que la ley fuese rechazada en el Legislativo.
La llamada canciller del Exchequer admitió que se trató de un momento "dañiño" para el gobierno, pero confió que la revisión del proyecto encomendada al secretario de Estado Stephen Timms logrará encauzar la situación.
"No voy (a descartar una subida de impuestos), porque sería irresponsable para una canciller hacerlo. El año pasado tomamos la decisión de poner una línea roja en los compromisos sin provisionar y en la mala gestión económica. Así que nunca haremos algo así. Pero hay costes por lo que ha pasado", añadió.
Tras decir que nunca pedirá perdón "por hacer que las cuentas cuadren", apostó por crear un relato, desde la perspectiva laborista, sobre cuáles son las intenciones del Ejecutivo y cuáles son las prioridades: "Proteger a los trabajadores, invertir en la Sanidad pública y reconstruir Reino Unido".