Madrid, 20 nov (.).- Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) lamentan que las denuncias por delito fiscal bajaran el 33,7 % en 2016 respecto a 2015, y afirman que se debe a la opacidad en la lucha contra el fraude y a la limitación de sus competencias, que les impide completar investigaciones, entre otras causas.
Gestha, que se basa en la Memoria de la Agencia Tributaria (AEAT) publicada hoy, señala que las denuncias por delito fiscal fueron 226 en 2016 y supusieron una deuda defraudada de 278,33 millones de euros, mientras que en 2015 se registraron 341 denuncias y la deuda defraudada fue de 442,6 millones de euros.
En una nota de prensa, los técnicos de Hacienda explican que la caída de las denuncias por delito fiscal coincide con escándalos como el de los Papeles de Panamá, el de Football Leaks o el de los "papeles del paraíso", lo que evidencia -en su opinión- "que los casos de fraude más que reducirse han ido en aumento".
Atribuyen este desplome a la limitación de sus competencias en la lucha contra el fraude, a la orden de la AEAT de realizar investigaciones parciales, a la amnistía fiscal de 2012, y a la modificación del artículo 305 del Código Penal.
Según este colectivo, estas causas "complican" el descubrimiento de fraudes superiores a los 120.000 euros, cantidad a partir de la cual se configura el delito fiscal.
Además, denuncian que durante el pasado ejercicio se tramitaron 72 expedientes por blanqueo, un 46 % menos que en 2015.
Gestha reitera la necesidad "inaplazable" de un plan de lucha contra el fraude fiscal "realista y eficiente", con el que, según sus estimaciones, se podría recaudar a medio plazo hasta 40.000 millones.
Entre las principales medidas que proponen destacan la reorganización del Ministerio de Hacienda, de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) y de la Agencia Tributaria con estructuras más horizontales y una capacidad de decisión más compartida, así como el aumento de las responsabilidades de la plantilla y más medios.
Insisten en que actualmente sólo tiene un empleado por cada 1.928 contribuyentes, frente a países como Francia, donde hay uno por cada 860 contribuyentes.