Paco G. Paz
Toronto (Canadá), 25 jun (EFE).- Los países del G8 iniciaron hoy
una reunión de dos días determinados a tratar temas de seguridad y
prometer ayudas para la salud en África, intenciones que se vieron
eclipsadas por sus disputas sobre la austeridad fiscal.
Cerca del mediodía, el primer ministro canadiense, Stephen
Harper, dio la bienvenida a los líderes de Estados Unidos, Francia,
Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia en un idílico paraje de
Muskoka, al sur de Canadá, en un exclusivo complejo hotelero rodeado
por bosques y lagos.
Sobre la mesa tienen la que ha sido bautizada como la "Iniciativa
Muskoka", el proyecto de recabar nuevos recursos para terminar con
la muerte innecesaria de millones de mujeres y de sus hijos en el
parto, por falta de atención médica.
La ONU quiere movilizar unos 30.000 millones de dólares para este
fin, y Canadá, que ha hecho propia la iniciativa, ha puesto sobre la
mesa 2.850 millones para los próximos cinco años, con la intención
de que otros países sigan su estela y también se comprometan.
Con este punto sobre la agenda, y otros de interés, como el
cambio climático, la lucha contra el narcotráfico o las crisis de
Irán y Corea del Norte, los mandatarios reunidos en Muskoka dieron
una imagen de unidad tanto en el almuerzo de trabajo como en la
posterior 'foto de familia' a orillas del Lago Península.
No obstante, antes de iniciar la reunión algunos de los líderes
aludieron a las discrepancias que mantienen sobre la necesidad de
mantener el gasto público para estimular la economía, como defiende
EE.UU., o de reducir el déficit, como han hecho ya algunos países
europeos.
De hecho, éste fue uno de los asuntos al que se refirió el primer
ministro de Canadá, Stephen Harper, cuando recibió a su par
británico, David Cameron, a las puertas del complejo hotelero.
Harper felicitó a Cameron por el reciente recorte del gasto que
ha aprobado en su país, al asegurar que las medidas adoptadas por
Londres y otros gobiernos europeos, como España o Italia, "subrayan
la verdadera consolidación presupuestaria" que Canadá quiere
promover en la cumbre del G20 del fin de semana en Toronto.
"Apreciamos las decisiones difíciles y responsables que ha tomado
a este respecto", dijo Harper, quien tiene previsto pedir a los
países más endeudados que se comprometan a reducir a la mitad sus
déficit en tres años.
Cameron respondió a Harper que la medida "es lo que había que
hacer" para afrontar "los desequilibrios" que tienen.
Pero no todos los líderes piensan igual. El presidente
estadounidense, Barack Obama, envió el sábado una carta previa a la
cumbre a sus homólogos del G20, en la que advertía del peligro de
retirar los estímulos fiscales de manera precipitada, porque podría
abortar la recuperación económica.
Sin embargo, Harper envió de forma paralela su propia carta
urgiendo a los países a reducir los déficit.
Obama también pidió en la misiva a los países exportadores, como
China, Alemania y Japón, que tomen medidas para lograr que su
crecimiento se asiente más en la demanda interna, y menos en la
exterior.
Estos países, no obstante, no acaban de compartir la opinión de
EE.UU., pues no ven la necesidad de ayudar al crecimiento mundial, y
también de EE.UU., aumentando sus importaciones, cuando Washington
está pidiendo a sus propios ciudadanos que ahorren más, y gasten
menos.
"El éxito exportador de Alemania refleja su alta competitividad y
la fuerte capacidad innovadora de nuestras compañías. Reducir
artificialmente la competitividad de Alemania no es de utilidad para
nadie", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, en una entrevista
publicada recientemente en el Wall Street Journal.
Hoy, Merkel volvió a insistir en el tema, al asegurar que tanto
su país como la Unión Europea consideran que "ha llegado el momento"
de reducir los déficit.
Esta es la primera ocasión en que se celebra un G8 previo a una
cumbre del G20, el grupo que integra no solo a los países ricos,
sino también a importantes naciones en vías de desarrollo, entre
ellos Brasil, México y Argentina.
En la cumbre, Canadá ha incluido por primera vez en la historia
del grupo una sesión en la que participarán tres países del
continente americano, Colombia, Haití y Jamaica, para conocer de
primera mano los problemas que las organizaciones criminales suponen
a los países latinoamericanos y caribeños.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, que llegó ayer a Toronto,
tiene previsto dirigirse hoy al G8 para hablar de los avances que ha
logrado su país en el combate del terrorismo y el narcotráfico y
para pedir el apoyo de los Gobiernos occidentales para luchar contra
las organizaciones criminales. EFE
pgp/jcr/jrh
(foto) (audio) (vídeo)