Bruselas, 2 abr (EFE).- La Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconocieron hoy los avances que ha logrado la economía y el sector financiero de Chipre tras la aplicación de reformas estructurales y ajustes, pero advirtieron al país de que aún persisten los riesgos.
"Las autoridades chipriotas están llevando a cabo con compromiso y determinación las reformas establecidas en el programa, que están ayudando a Chipre a reparar su sector financiero, recuperar unas finanzas públicas saneadas y llevar a cabo importantes reformas", dijo el vicepresidente de la CE, Olli Rehn, en un comunicado.
La Comisión publicó hoy su primer informe sobre las actividades del grupo que creó en apoyo a Chipre y la tercera revisión trimestral del programa de ajuste chipriota, tras la misión conjunta con el FMI y el BCE realizada al país del 29 de enero al 11 de febrero.
En la revisión, la troika constató que el programa "sigue en el buen camino" y observó "signos de estabilización" en el sector bancario, situado en el corazón de la crisis que atravesó el país que llevó a Nicosia a solicitar un rescate de 10.000 millones de euros, a cambio de aplicar reformas y ajustes.
Pese a estas mejorías, la tríada de acreedores internacionales señaló que "teniendo en cuenta los importantes riesgos que prevalecen, sigue siendo esencial la aplicación plena y a tiempo de las políticas (acordadas) para el éxito del programa".
"Una de las principales prioridades es la aprobación de una reforma de la seguridad social, que introduzca un régimen de ingresos mínimos garantizados para ofrecer una protección social adecuada a los hogares vulnerables", indicó la troika, que instó también al país a aplicar "sin demora" el plan de privatización.
En el informe, también se señala que los desequilibrios macroeconómicos que presenta el país han seguido lastrando la actividad económica, en un contexto que sigue siendo "difícil".
El Producto Interior Bruto (PIB) del país continuó su caída en los últimos meses de 2013, aunque a un nivel menor de lo esperado por la troika, que prevé que la isla continúe en recesión en 2014 con un retroceso de su economía del 4,8 %, para volver a crecer en 2015.
La demanda interna seguirá "débil", arrastrada por el proceso de desapalancamiento que está llevando a cabo el sector público y el privado, junto con el empeoramiento de las condiciones del mercado laboral -con un desempleo que podría aumentar hasta cerca del 20 % de la fuerza de trabajo- y los ajustes salariales, según la tríada.
La troika reconoció también los progresos logrados en la reestructuración del sector financiero chipriota y en la mejora de su supervisión y regulación, aunque indicó que aún existen "retos, especialmente relacionados con la puesta a punto de los balances de los bancos y con la reducción del endeudamiento del sector privado".
Por otra parte, recalcó los esfuerzos hechos por Nicosia para contener el déficit público, que se situó por debajo de lo esperado en 2013 con un 2 %, aunque indicó que "un ajuste adicional será necesario en los próximos años para lograr el objetivo a largo plazo de mantener un superávit primario del 4 %, necesario para que la deuda pública se reduzca de manera sostenible".
La troika señaló que la situación podría empeorar si la morosidad y la concesión de créditos "pone en riesgo considerable a la economía real", así como si el proceso de desendeudamiento se ralentiza y las condiciones del mercado laboral empeoran más de lo previsto.