Berlín, 10 sep (.).- El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, presentó hoy ante el Bundestag (cámara baja del Parlamento) el proyecto presupuestario para 2020 y el plan financiero para el periodo 2019 a 2023, en los que apuesta por impulsar las inversiones manteniendo el déficit cero.
"De nuevo es un presupuesto financiado de manera sólida, sin nuevas deudas, lo que nos da la fuerza que necesitamos para nuestra sostenibilidad futura, para cuantiosas inversiones para el futuro, para una sociedad cohesionada", afirmó Scholz durante su discurso.
Aseguró, asimismo, que este proyecto presupuestario presentado confiere a Alemania la capacidad de afrontar, "de darse el caso, un desarrollo de la economía en Europa y en Alemania peor al esperado", y en ese sentido subrayó que a pesar de una ralentización de la economía, no se puede hablar todavía de crisis.
Scholz planea para 2020 un gasto de casi 360.000 millones de euros sin que haya déficit, con inversiones principalmente en trabajo y asuntos sociales y para aliviar a las familias con ingresos bajos.
Según el ministro, "se trata de crear una vida económicamente asequible para las familias en ese país, algo que tiene que ver con cohesión también", subrayó.
La cohesión social en un mundo cada vez más difícil es la primera gran tarea del Gobierno, señaló, y añadió que sólo una sociedad que se mantiene unida está a salvo de los populismos de derechas.
"Es bueno que sea un presupuesto expansivo el que presentamos aquí", dijo el ministro, quien agregó que el Gobierno ha sabido aprovechar el margen que le otorgan sus reservas.
Se trata, subrayó, de llevar a cabo una política activa en materia de inversiones con el objetivo de estabilizar la economía alemana.
Calificó de "gran logro" que este presupuesto incluye la suma más elevada en inversiones "en mucho, mucho tiempo", algo que debe en su opinión mantenerse.
En este sentido, si actualmente las inversiones ascienden a 40.000 millones de euros al año, en los próximos diez años deberían llegar a sumar al menos 400.000 millones de euros, subrayó.
Agregó que el Gobierno quiere ocuparse de que las profesiones relacionadas con el cuidado de personas necesitadas de asistencia sean mejor remuneradas, así como de mejorar la situación de los pensionistas.
Recalcó, asimismo, la necesidad de invertir en la construcción de vivienda social -80.000 viviendas al año- que el Gobierno quiere apoyar con "muchos miles de millones" de euros.
Respecto a las rebajas fiscales, Scholz defendió nuevamente la eliminación para el 90 % de los contribuyentes del impuesto de solidaridad introducido en 1991 para sufragar los costes de la reunificación del país, y que supone el 5,5 % del impuesto sobre la renta y del impuesto de sociedades.
Para el ministro, eliminar este impuesto contribuye también a mejorar el nivel de ingresos de los ciudadanos y "es una decisión de justicia", como lo es también que el 10 % restante, aquel con ingresos más elevados, continúe asumiendo este aporte durante unos años más.
Scholz se refirió al principal desafío de la economía en la actualidad -la guerra comercial entre China y Estados Unidos, dijo- y subrayó que los aranceles son "la tendencia errónea", al tiempo que llamó a regresar a un "libre comercio regulado".
Dedicó la parte final de su discurso a la lucha contra la crisis climática y alabó el abandono gradual en Alemania de la energía nuclear y el objetivo de hacer lo mismo con el carbón como fuente de energía, lo que a su vez requiere de nuevas inversiones en renovables.
En este aspecto, defendió el hecho de que su proyecto presupuestario no incluya los gastos del Gobierno en materia de lucha contra el cambio climático y se remitió al 20 de septiembre, fecha en la que el Ejecutivo quiere presentar un amplio paquete de medidas al respecto.
Criticó que no se haya logrado tomar "todas las medidas necesarias" para frenar el calentamiento global y advirtió de que "pequeñas medidas y más de lo mismo" ya no son suficientes para combatir la crisis climática.