Alba Santandreu
Sao Paulo, 3 ago (.).- Brasil redujo esta semana su tasa básica de intereses a mínimos históricos, pero, a pesar de la caída, los consumidores siguen soportando uno de los intereses más altos del mundo: un brasileño paga una media de un 20 % anual para comprar un coche y un 43 % por adquirir un préstamo personal.
El pasado miércoles, por primera vez en 16 meses, el Banco Central brasileño redujo la tasa básica de intereses (Selic) del país, que disminuyó, por decisión unánime de su Consejo de Política Monetaria (Copom), en 0,5 puntos porcentuales, desde el 6,5 % al 6 % anual, la menor en los últimos 33 años.
El número sirve como referencia para todas los indicadores de intereses del mercado en Brasil y es revisado cada 45 días por el comité que establece las directrices de la política monetaria de la mayor economía de Sudamérica.
A pesar de la bajada de la Selic, Brasil ocupa la octava posición en el ranking de países con mayor tasa real de intereses, con un 1,63 %, cifra que tiene en cuenta la tasa actual descontando la inflación prevista para los próximos 12 meses, de acuerdo con un estudio de Infinity Asset Managment y el portal Money You.
La caída de los intereses, sin embargo, tiene un efecto limitado en las operaciones de crédito, ya que todavía existe una gran diferencia entre la tasa Selic y las tasas cobradas a los consumidores (116 % de media al año), de acuerdo con la Asociación Nacional de Ejecutivos de Finanzas, Administración y Contabilidad (ANEFAC).
Con la Selic al 6 %, un brasileño que desee financiar la compra de un vehículo de 40.000 reales (unos 10.300 dólares) en 60 meses pagará una tasa mensual de intereses de 1,56 % al mes (alrededor del 19 % al año).
Tan solo el pago de intereses ascenderá a 61.888 reales (unos 15.910 dólares) en 5 años, por lo que el monto total que un consumidor deberá depositar para adquirir el coche será de cerca de 102.000 reales (alrededor de 26.221 dólares).
De esa forma, la caída de la tasa Selic del 6,5 % al 6 % tan sólo supone un ahorro a efectos prácticos de 633 reales (unos 163 dólares) en 60 meses.
Los cortes de la tasa Selic comenzaron a finales de 2016, cuando la tasa básica de intereses de la economía brasileña era del 14,25 %, la mayor en una década. Desde entonces, el Copom ha reducido paulatinamente el indicador, coincidiendo con la caída de la inflación (situada en torno al 4 % en doce meses).
De acuerdo con el director de ANEFAC, Andrew Frank Storfer, uno de los principales objetivos de la reducción de la tasa de intereses es estimular el consumo y la inversión productiva, ya que con los intereses bajos es más rentable colocar dinero en un negocio que aplicar en productos bancarios o títulos de deuda.
No obstante, Storfer precisó que, a su juicio, para hacer girar la economía no solo es importante tener en cuenta el coste del dinero, sino también la "confianza en el futuro".
"El desempleo continúa elevado (12 %) y si el consumidor no tiene confianza en que va a tener empleo y renta, el efecto sigue siendo limitado, a pesar de los intereses más bajos", explicó el ejecutivo en declaraciones a Efe.
El gran beneficiado de la bajada de los intereses, según el director de ANEFAC, será el propio Gobierno brasileño, ya que el 30 % de su deuda esta vinculada a la Selic.
A pesar del impacto todavía limitado en el bolsillo de los brasileños, la caída de la Selic ha sido conmemorada por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y por las principales patronales del país.
La Federación de Industrias de Sao Paulo, la más influyente del país, consideró que todavía hay espacio para más cortes por parte del Banco Central y subrayó que una tasa del 5 % anual puede "estimular la retomada del crecimiento económico y la generación de empleo que Brasil tanto desea".