Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT, 22 jul (Reuters) - El Banco Central Europeo se comprometerá con toda probabilidad el jueves a mantener sus estímulos por un periodo más largo para cumplir su promesa de impulsar la inflación, pero es probable que el debate entre sus responsables de política monetaria sea tenso y que no se anuncien nuevas medidas.
El Consejo de Gobierno del BCE se reunirá por primera vez desde que el banco diera a conocer un objetivo de inflación modificado a principios de este mes, lo que supone la culminación de una revisión estratégica de 18 meses de sus funciones en una serie de ámbitos que van desde la inflación hasta el cambio climático.
Entre sus conclusiones, el BCE afirma que los periodos más largos de inflación ultrabaja, como el actual, requieren un apoyo "especialmente enérgico o persistente", una formulación ambigua que está resultando difícil de convertir en una política monetaria real.
Los responsables de la fijación de las tasas de interés del BCE discutieron a principios de julio sobre cómo adaptar sus orientaciones estratégicas a ese compromiso, decidiendo finalmente aplazar cualquier cambio para mantener el apoyo unánime al ambicioso documento de la nueva estrategia.
Las mismas diferencias volverán a surgir en su reunión del jueves y es poco probable que los responsables de corte más conservador del BCE, como el jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, cedan en sus posturas, por lo que su presidenta, Christine Lagarde, tendrá que transigir o renunciar a su deseo de unanimidad.
Esta orientación es vital, ya que señalará el enfoque del BCE respecto a las decisiones fundamentales que deben tomarse en las próximas reuniones, incluida la forma de reducir su paquete de estímulos frente a la pandemia (1,85 billones de euros) y la posibilidad de aumentar las medidas de apoyo más tradicionales mientras lo hace.
El núcleo del debate es si el BCE debe tratar de impulsar la inflación temporalmente por encima de su objetivo del 2% tras una década de fracasos, un ejercicio arriesgado para unos alemanes recelosos de la inflación que ya se muestran escépticos sobre los esfuerzos de estímulo del BCE.
Como señal de un posible equilibrio en el seno de la institución, la alemana Isabel Schnabel, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, argumentó que el crecimiento real de los precios al consumo —y no sólo las expectativas— debería aumentar antes de que el BCE endurezca su política monetaria, y que los excesos de inflación serían una señal de paciencia más que un objetivo.
"Las perspectivas de inflación más elevadas deben reflejarse visiblemente en la dinámica real de la inflación subyacente antes de que justifiquen una reevaluación más fundamental de las perspectivas de inflación a medio plazo", dijo este mes Schnabel.
CAMBIOS EN LA POLÍTICA MONETARIA
Las nuevas orientaciones sentarán las bases para una serie de decisiones, la primera de las cuales, sobre el futuro del programa de compras de emergencia para la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), podría llegar tan pronto como en septiembre.
Los responsables más conservadores del banco sostienen que la situación de emergencia está llegando a su fin, por lo que el BCE debe renunciar a sus poderes extraordinarios y volver a medidas más tradicionales, sujetas a normas más estrictas y a un enfoque más limitado para conseguir que la inflación vuelva a su objetivo.
"Sospechamos que tendrá que haber compromisos entre 'palomas' (partidarios de medidas flexibles) y 'halcones' (partidarios de un endurecimiento de las medidas monetarias)", dijo Frederik Ducrozet, estratega de Pictet.
"Una posibilidad es que el PEPP se elimine gradualmente y se cierre por completo en marzo de 2022, mientras que el programa de compra de activos (APP, por sus siglas en inglés) se ampliaría a finales de 2021 para compensar los riesgos a la baja que persisten".
Otro posible compromiso es mantener parte de la flexibilidad de las compras de bonos de emergencia, pero no toda.
En el marco del PEPP, el BCE puede comprar bonos siempre que lo considere necesario y sin cuotas de volumen preestablecidas. Sin embargo, el APP, que lleva más tiempo en vigor, exige que las compras se realicen en proporción al tamaño de cada una de las 19 economías de la zona del euro, lo que se conoce como la clave de capital, con volúmenes preestablecidos, y excluye a la muy endeudada Grecia porque su calificación crediticia es demasiado baja.
Luigi Speranza, economista de BNP Paribas (PA:BNPP), espera que haya cierta flexibilidad adicional más allá de la pandemia.
"Esto implicaría, como mínimo, flexibilidad en cuanto al tamaño, como por ejemplo el compromiso de comprar 'al menos' una determinada cantidad de bonos", dijo.
"Podrían añadirse otros factores, como la tolerancia a las desviaciones de la clave de capital o la referencia a la naturaleza autoimpuesta de los límites de los emisores y al hecho de que éstos podrían modificarse en caso necesario".
También se espera que el BCE cambie su forma de comunicar sus decisiones sober política monetaria, con Lagarde prometiendo declaraciones "más cortas y nítidas" y menos cargadas de jerga financiera.
El BCE anunciará su decisión sobre política monetaria a las 1145 GMT, seguida de una conferencia de prensa de Lagarde a las 1230 GMT.
(Reporte de Balazs Koranyi; Editado por Catherine Evans; Traducido por Darío Fernández)