Washington, 11 abr (.).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la economía española crecerá el 1,5 % este año, cuatro décimas más de lo proyectado anteriormente, con lo que casi doblará la media de la zona del euro y se convertirá en el principal motor de empuje entre los grandes países europeos.
En su nuevo informe de perspectivas económicas, publicado en el marco de la reunión de primavera que celebra la institución esta semana en Washington, el Fondo reduce sin embargo en cuatro décimas el crecimiento esperado para España en 2024, hasta el 2 %.
Ambas cifras están claramente por encima de la media de la zona euro, que crecerá el 0,8 % este año (una décima más que los pronósticos realizados en el mes de enero) y el 1,4 % el año que viene (dos décimas menos).
Los cálculos del organismo dirigido por Kristalina Georgieva van en línea con las proyecciones del Banco de España, que en sus últimas estimaciones sitúan en el 1,6 % el crecimiento de España para 2023, aunque lejos de los pronósticos del Gobierno español, que es mucho más optimista y prevé un crecimiento del 2,3 % este año.
Sin embargo, todas estas cifras están por debajo de la media mundial, que el FMI calcula en el 2,8 %, en un contexto de fuerte desaceleración de las economías más desarrolladas (1,3 % en 2023), compensado por el crecimiento de las emergentes (3,9 %).
El informe del FMI también hace una estimación de la evolución de la inflación, que en España bajará progresivamente desde el 8,3 % de 2022 hasta el 4,3 % este año, mientras que en 2024 caerá hasta el 3,2 %.
No se espera, sin embargo, que las subidas de tipos de interés que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo tengan efectos negativos en el mercado laboral español y el desempleo continuará en su senda descendente.
Según el Fondo, caerá tres décimas en 2023 con respecto a 2022, hasta el 12,6 %, y dos décimas más el año próximo (hasta el 12,4 %). Ambas cifras están todavía muy por encima de la media pronosticada para la eurozona, que será del 6,8 % tanto para este año como para el próximo.
POBRE CRECIMIENTO PARA LA EUROZONA
El FMI señala tres razones que motivan el bajo crecimiento de regiones como Europa (la eurozona crecerá el 0,8 % en 2023 y el 1,4 % en 2024): la invasión de Rusia a Ucrania, el brote de variantes contagiosas de covid y el endurecimiento de las condiciones financieras.
Para reducir la inflación, el Banco Central Europeo ha subido los tipos en seis ocasiones desde julio de 2022 y hoy se sitúan en el 3,5 %, la tasa más alta desde 2008.
Una política que continuará durante los próximos meses -estima y recomienda el FMI- y que hará que regiones como la eurozona registren cifras muy pobres de crecimiento durante los próximos años.
El bajo crecimiento viene impulsado porque la principal economía, Alemania, decrecerá el 0,1 % en 2023, según el FMI, que reduce en dos décimas su estimación anterior para el país. En 2024, crecerá el 1,1 %, tres décimas menos de lo calculado en enero.
El FMI mantuvo su previsión de crecimiento de Francia para este año en el 0,7 %, mientras que bajó tres décimas la de 2024, hasta el 1,3 %.
En el caso de Italia, subió una décima la de este año, hasta el 0,7 %, mientras que bajó una décima la de 2024, hasta el 0,8 %.
Para el Reino Unido los pronósticos siguen siendo negativos, pues la economía británica decrecerá el 0,3 % este año, aunque el FMI ha mejorado en tres décimas el dato con respecto a sus previsiones previas. El año que viene se espera que el país crezca el 1 %, una décima más de lo esperado previamente.
LA EVOLUCIÓN DE LA GUERRA DE UCRANIA SERÁ CLAVE PARA EUROPA
Pese a las sanciones económicas que la comunidad internacional ha impuesto sobre Rusia como castigo por la invasión de Ucrania, que hicieron a su economía contraerse el 2,1 % el año pasado, el FMI estima que este año crecerá el 0,7 %, cuatro décimas más que lo previsto anteriormente.
Sin embargo, baja en ocho décimas las previsiones de 2024, hasta el 1,3 %.
La evolución de la guerra será vital para el crecimiento europeo, dado que si bien el invierno pasado se logró evitar "una crisis de gas", gracias al buen almacenamiento y a la menor demanda por el clima "atípicamente templado", una escalada de la guerra "podría desencadenar una nueva crisis energética en Europa y exacerbar la inseguridad alimentaria en los países de bajos ingresos", alerta el Fondo.
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