Por Colin Packham
CANBERRA, 9 de junio (Reuters) - La Organización Mundial del Comercio debe tener un sistema vinculante de solución de conflictos para abordar el creciente uso de la "coerción económica", dijo el miércoles el primer ministro de Australia, Scott Morrison (LON:MRW), en un momento en que Canberra intenta ganar el apoyo de las naciones del G7 en su disputa con China.
Las relaciones con China, ya desgastadas después de que Australia prohibiera la participación de Huawei en su incipiente red de banda ancha 5G en 2018, empeoraron aún más después de que el Gobierno australiano pidiera este año una investigación independiente sobre los orígenes de la pandemia de coronavirus, registrada por primera vez en el centro de China.
China respondió imponiendo aranceles a productos básicos australianos, incluidos el vino y la cebada, y limitando las importaciones de carne de vacuno, carbón y uvas australianas, medidas calificadas por Estados Unidos de "coacción económica".
Australia ha dicho que no cederá a las presiones chinas y ha presentado un recurso ante la OMC por la imposición de aranceles por parte de Pekín, que ascienden a más del 80% y que han frenado un comercio de miles de millones de dólares.
Sin embargo, Morrison pidió a los países del G7 que respalden la reforma de la OMC antes de la conferencia ministerial de noviembre.
"La forma más práctica de abordar la coerción económica es la restauración del sistema vinculante de solución de diferencias del organismo comercial mundial", dijo Morrison en un discurso en Perth.
"Cuando no hay consecuencias para el comportamiento coercitivo, hay pocos incentivos para la moderación".
Morrison dijo que muchos líderes mundiales han expresado su apoyo a la postura de Australia, pero que los países afines deben ahora reforzar la cooperación.
"Hay mucho en juego, para Australia, para nuestra región y, de hecho, para el mundo".
(Reporte de Colin Packham; Edición de Bernadette Baum y Ana Nicolaci da Costa; Traducido por Michael Susin)