Entre nutrientes, fósforo, materia orgánica y otros microcontaminantes, las aguas residuales de Uppsala, Suecia, contienen residuos farmacéuticos microscópicos ‘resistentes’. ¿Cuál es la forma más rentable de limpiarlos y evitar que sigan dañando el medioambiente?
Un ‘ensayo piloto’ en curso, en una depuradora de la zona, está evaluando las mejores técnicas innovadoras para eliminar hasta el 80 % de los residuos farmacéuticos, y los microcontaminantes, de las aguas residuales. La ingeniera que coordina el proyecto explica lo que han aprendido hasta ahora.
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"Empezamos con un estudio previo, analizando las distintas tecnologías, para mejorar la eliminación de productos farmacéuticos y microcontaminantes, de las aguas residuales. Algunos de ellos ya se eliminan, hoy en día, en la depuradora. Pero, otros, son más difíciles de degradar y no se eliminan. Así que, hemos decidido que queremos establecer una nueva etapa de tratamiento. Una de las tecnologías evaluadas en el estudio previo fue el ‘carbón activado’, que es una tecnología de absorción en la que los residuos se adhieren al carbón. También estudiamos la ozonización, que es un proceso en el que se degradan por medio de ozono. Pero, como la ozonización no degrada los denominados PFOS, una serie de microcontaminantes, decidimos no seguir con el proceso. Sin embargo, encontramos una nueva tecnología que no se utiliza en la aplicación de aguas residuales, sino en la de agua potable: se trata del intercambio aniónico. También se trata de una tecnología de absorción. Pero, esta absorbe los aniones cargados negativamente. Así que, ahora, estamos estudiando la combinación de carbón activado e intercambio aniónico", señala Anna Maria Sundin, ingeniera acuática y medioambiental de Uppsala Vatten.