Por Balazs Koranyi y Karin Strohecker
FRÁNCFORT, 24 nov (Reuters) - La señal de la Reserva Federal de que ralentizará el ritmo de las alzas de las tasas de interés en Estados Unidos quita presión a otros bancos centrales para que sigan subiendo los tipos y ofrece un alivio a los mercados emergentes, que han sufrido este año su mayor caída en más de una década.
Los bancos centrales de todo el mundo han seguido el ejemplo de Washington al elevar los costos de los préstamos a un ritmo récord.
Por lo tanto, una señal en las minutas de la reunión de la Fed de noviembre de que el endurecimiento de la política monetaria se ralentizará pronto tiene ramificaciones mundiales, desde una caída de los rendimientos globales y la subida de las acciones hasta un repunte de las divisas frente al dólar.
Y, lo que es más importante, la Fed sugiere que la inflación puede estar comenzando a controlarse, lo que refuerza las esperanzas de un "aterrizaje suave" para la mayor economía del mundo que, a su vez, podría amortiguar el descenso de otras, muchas de las cuales ya están en recesión.
La lucha contra la inflación está lejos de haber terminado, especialmente en Europa, donde el choque energético de Ucrania ha perjudicado más, pero el cambio de la Fed alivia la presión sobre los bancos centrales para que sigan avanzando a grandes pasos.
Sus principales pares, como el Banco Central Europeo y el Banco de Japón, se verán claramente beneficiados, pero las economías emergentes, que se adelantaron con las subidas de tipos y sufrieron el doble golpe de las alzas de costos de los préstamos y la depreciación de las divisas, serán las mayores beneficiadas.
"Muchos mercados emergentes, por ejemplo en América Latina, ya han alcanzado el nivel máximo de las tasas, y de hecho están en una posición en la que podrían levantar un poco el pie del acelerador si la Reserva Federal lo hace", dijo Paul Watters de S&P Global.
Las economías emergentes empezaron a subir los tipos de interés antes que la Reserva Federal, y rápidamente, en parte porque sus monedas se habían debilitado frente al dólar, aumentando los costos financieros e importando inflación.
Antes de la insinuación de este mes de una desaceleración de la Fed, el índice dólar, que mide la fortaleza del billete verde frente a las principales divisas, había subido un 18% en lo que va de año. Ello se ha trasladado rápidamente a los precios, especialmente a los de la energía y algunos alimentos que suelen negociarse en dólares.
El índice ha caído un 6% desde ese máximo, lo que sugiere que ya hay un cierto alivio.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo afirmó que "las subidas de los tipos de interés de este año en Estados Unidos reducirán los ingresos futuros de los países en desarrollo, excluyendo a China, en unos 360.000 millones de dólares, lo que indica que habrá aún más problemas".
UBS (SIX:UBSG), que prevé una rentabilidad de entre el 8 y el 12% para la renta variable de los mercados emergentes el año que viene, y de entre el 10 y el 15% para los índices de deuda de los mercados emergentes en divisas fuertes, principalmente denominados en dólares.
Sostiene que los activos de los mercados emergentes se han comportado peor durante el actual endurecimiento de la Fed que en los cinco ciclos anteriores.
"Muchos países están interviniendo para proteger sus divisas de la caída", dijo S&P Global. "Las reservas totales de los mercados emergentes han caído en más de 400.000 millones de dólares, un 7%, este año hasta septiembre".
Aunque la Fed señala un respiro, Nomura dijo que algunas economías todavía enfrentan la amenaza de una crisis monetaria, según su sistema interno de alerta "Damocles", que usa ocho indicadores durante un período largo para modelar el riesgo.
"Damocles" emite señales de advertencia para siete países: Egipto, Rumania, Sri Lanka, Turquía, República Checa, Pakistán y Hungría".
Por su parte, BNP Paribas (EPA:BNPP) considera que Hungría, Colombia, Egipto y Malasia son los más vulnerables, y señala que la suerte de Brasil está ligada a las políticas del Gobierno entrante.
(Reporte adicional de Leika Kihara en Tokio y David Milliken en Londres; Editado en español por Javier López de Lérida)