Bruselas, 27 sep (.).- La Unión Europea (UE) mira a Asia en su conjunto y no solo a China para crear unas conexiones de transporte, energía, telecomunicaciones o culturales que sean más sostenibles y apuntalen el orden multilateral, según quedó patente este viernes en el primer foro internacional de conectividad de la Comisión Europea.
"Una de las claves para tener éxito en conectividad es que beneficie a todos y desarrolle normas comunes. Conectividad e interoperabilidad son cosas que van juntas", destacó el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, durante una intervención en el foro, que en esta primera edición está dedicado a Asia.
La presencia de Japón al más alto nivel en la conferencia, en la que estuvo representado por su primer ministro, Shinzo Abe, contrasta con el más alto cargo enviado por China, su subdirector general de Asuntos Económicos Internacionales del Ministerio de Exteriores, Guo Xuejun.
Este foro "no va contra China", comentaron fuentes comunitarias, preguntadas por la fuerte presencia en los paneles de representantes de India, Afganistán, Vietnam, Indonesia, Corea del Sur o incluso los Balcanes y Estados Unidos frente a la enviada por el gigante asiático para hablar de conexiones clave entre los dos continentes y la cooperación para su desarrollo en otras zonas del mundo.
De hecho, uno de los momentos clave de la conferencia fue la firma por Juncker y Abe de una asociación sobre "conectividad sostenible e infraestructuras de calidad" entre la UE y Japón.
Según ese documento, ambas partes trabajarán juntas para, sin perder de vista las necesidades y demandas de sus socios, así como su capacidad fiscal y sostenibilidad de la deuda, cooperar en infraestructuras en los Balcanes occidentales, el este de Europa, Asia central, la región del Índico-Pacífico y África.
La UE y Japón se comprometen, asimismo, a mantener la igualdad de oportunidades para inversores y empresas en conectividad y promover prácticas comerciales "libres, abiertas, basadas en normas, justas, no discriminatorias y predecibles".
Juncker pidió que las conexiones del futuro sean "sostenibles desde un punto de vista ecológico", para lo que "debemos cambiar nuestra manera de vivir, de desplazarnos", y que las nuevas redes de transportes y las infraestructuras energéticas y digitales reduzcan las emisiones de carbono.
Instó igualmente a que sean "sostenibles en el plano financiero" y no dejen "montañas de deudas" ni creen "más dependencia de un solo país", y pidió por último a esas nuevas conexiones sostenibilidad desde un punto de vista social: "Un mundo más conectado, con más oportunidades económicas y entre nuestros pueblos, con más solidaridad, más protección de los trabajadores", comentó.
"La UE está abierta a todos los países, son todos bienvenidos, ninguno está excluido", advirtió.
Algunos de los objetivos del foro eran identificar oportunidades de inversión pero también los retos que implican, desde aspectos de gobernanza multilateral a sus extensas necesidades de financiación.
De ahí la importancia de combinar los apoyos públicos con las iniciativas privadas a las que aludieron los participantes, así como del interés de la UE en que sus estándares y normas sirvan cada vez más de modelo en las interconexiones.
En esa dirección presentó hace un año la UE su estrategia de conectividad con Asia, una región con la que representa más del 60 % del PIB global y con la que suma unos 1,5 billones de euros en intercambios comerciales.
En concreto, la Unión está interesada en diversificar sus rutas de comercio y transporte para acortar los tiempos de tránsito y simplificar los procedimientos en aduanas, lograr unas plataformas de energía más interconectadas y soluciones más ecológicas, o incrementar los servicios digitales manteniendo alto nivel de protección de datos personales de los consumidores.
En el plano de la dimensión humana, el objetivo se centra en cooperar más en educación, investigación, innovación, turismo y cultura, más allá de los 18.000 estudiantes o académicos que desde 2015 se han movido entre las dos regiones gracias a diversos programas.
A fin de lograr esos objetivos, la Comisión Europea ha previsto partidas específicas dentro del próximo presupuesto plurianual (2021-2027, aún por aprobar) para apoyar inversiones fuera de la UE.
En particular, la llamada garantía de acción exterior contará con 60.000 millones de euros para garantizar operaciones del Fondo Europeo del Desarrollo Sostenible y programas de asistencia macrofinanciera a países terceros.
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