París, 30 jun (.).- El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, sugirió este jueves la idea de recurrir al mecanismo de cooperación reforzada para superar el bloqueo de Hungría y que la Unión Europea (UE) pueda implementar el acuerdo internacional para establecer un tipo mínimo al impuesto de sociedades.
Ante el veto de Hungría, la propuesta francesa consiste en que un grupo de países miembros se pongan bajo el paraguas de la cooperación reforzada, lo que permitiría puentear el problema de la unanimidad necesaria en cuestiones fiscales en la UE.
Le Maire puntualizó, en un encuentro con la prensa, que luego todos los países que participaran en ese mecanismo tendrían que dar el visto bueno al acuerdo de aplicación del tipo mínimo para el impuesto de sociedades, es decir que en ese marco sería necesaria la unanimidad.
La oposición de Hungría a un dispositivo de aplicación en la UE del acuerdo internacional que se negoció en la OCDE es una de las principales espinas que se le ha quedado clavada a Francia durante su semestre de presidencia de la UE que finaliza hoy.
El ministro insistió en que sigue siendo una prioridad para su país, que va a trabajar con la Comisión Europea para que se pueda aplicar sin Hungría porque "la UE no puede ser el rehén".
La posición de Budapest, que como Le Maire recordó no tiene nada que ver con el contenido de este acuerdo sino con otras razones políticas derivadas de su relación con la UE, y en particular con algunos de sus miembros, le refuerzan todavía más en su convicción de que hay que reformar la regla de la unanimidad para las decisiones sobre fiscalidad.
Esos asuntos deberían decidirse a su parecer por mayoría cualificada.
Un total de 137 países acordaron hace un año, después de varios años de negociaciones dirigidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) establecer un tipo mínimo del 15 % para el impuesto de sociedades de las empresas con una facturación de al menos 750 millones de euros.
Se trata de impedir que esas grandes compañías deslocalicen una parte de sus beneficios en jurisdicciones en las que hasta ahora no pagan ningún impuesto o muy pocos.
En la UE, su aplicación se ha visto obstaculizada por varios países que han ido levantando sus vetos en los últimos meses, pero eso no se ha conseguido con Hungría.