Madrid, 4 ene (.).- Subir las pensiones, el salario mínimo y redistribuir las rentas para frenar la desigualdad económica son algunos de los alegatos que ha hecho el candidato socialista a la Moncloa, Pedro Sánchez, en su primer día de debate de investidura.
Sánchez ha repasado en el Pleno del Congreso algunas de las medidas económicas que contempla el acuerdo firmado con Unidas Podemos para gobernar en coalición, y que incluye la derogación de la reforma laboral de 2012 y un ingreso mínimo vital para paliar la pobreza.
No obstante, el líder socialista ha centrado sus intervenciones en temas políticos y en defender el acuerdo con ERC que ha dicho no romperá España.
Sin embargo, Sánchez sí ha insistido en que uno de los objetivos del gobierno de coalición, que ha denominado progresista, será frenar la desigualdad y crear empleo digno y estable.
Para ello, ha defendido la derogación de la reforma laboral del PP y la creación de un Estatuto de los Trabajadores que refuerce la causalidad del despido y no facilite éste por absentismo laboral.
Ha sido tajante al afirmar que la desigualdad "es corrosiva para el progreso", que "hay que elevar los ingresos más bajos", tanto subiendo el salario mínimo interprofesional hasta el 60 % del salario medio al final de la legislatura, como subiendo los impuestos a las rentas de más de 130.000 euros anuales para aumentar las prestaciones a las familias vulnerables y a los jubilados.
De hecho, Sánchez ha reiterado que blindará la actualización de las pensiones conforme al índice de precios al consumo (IPC) por ley y que subirá las mínimas y las no contributivas, al tiempo que ampliará la pensión de viudedad para las parejas sin vínculo matrimonial.
Todo en el marco de un nuevo Pacto de Toledo que ha propuesto a todas las fuerzas políticas.
Sin embargo, no ha mencionado el compromiso de derogar el Factor de Sostenibilidad de las pensiones ligado a la esperanza de vida, y que si contempla el acuerdo con Unidas Podemos.
Sánchez ha mantenido un discurso de defensa de lo público frente a lo privado, que en ocasiones recordaba al del líder de Podemos, Pablo Iglesias, cuando ha afirmado que "el dinero no siempre está mejor en el bolsillo de los que poseen una fortuna, sino en los servicios públicos".
El líder socialista no ha hecho anuncios económicos relevantes y se ha limitado a repasar el plan económico que pretende poner en marcha y donde también estarán presentes medidas para limitar el precio abusivo de los alquileres, para recortar la factura de la luz o para luchar contra el fraude fiscal, con la prohibición de las amnistías fiscales por ley.
No obstante, ha anunciado que reformará el actual bono social eléctrico para hacer otro bono general que incluya el gas y también ha avanzado el objetivo de crear 200.000 nuevas plazas para la formación profesional hasta 2025.
Otra de sus promesas ha sido la de facilitar la recuperación de los bienes que hayan sido inmatriculados (inscritos en el registro de la propiedad) indebidamente por la Iglesia.
La subida de impuestos a las rentas altas y la suspensión del índice de revalorización de las pensiones del 0,25 %, aprobado por el PP, han centrado algunas de las críticas del líder de esa formación política, Pablo Casado.
Casado ha acusado a Sánchez de engañar a los pensionistas "congelando las pensiones" y de llevar a la Seguridad Social a la quiebra con un aumento de gasto "masivo" que le impedirá cuadrar las cuentas e incumplir los compromisos con Bruselas.
Por su parte, Unidas Podemos ha ensalzado la "oportunidad" que abre un gobierno de coalición para revertir las "regresiones" en los derechos laborales que provocó la crisis económica y las políticas del Ejecutivo del PP.