Tokio, 27 jun (.).- Japón anunció este martes que restaurará el estatus de socio comercial preferente a Corea del Sur a partir del 21 de julio para agilizar los intercambios, poniendo fin a un parón de cuatro años por sus contenciosos históricos.
Esto permitirá reducir los procesos burocráticos que han estado lastrando los intercambios comerciales de productos clave para ambos países, señaló hoy el Ministerio de Economía, Comercio e Industria en el comunicado con el que oficializó la decisión.
Japón y Corea del Sur se retiraron mutuamente de sus listas de comercio preferente en 2019, año que marcó una caída en picado de sus relaciones bilaterales hasta recientemente.
Ese año Tokio impuso restricciones al envío de productos clave para producir pantallas y semiconductores (centrales en las exportaciones surcoreanas) en respuesta a la decisión del Supremo surcoreano de exigir compensaciones a empresas japonesas que esclavizaron a coreanos bajo su dominio colonial en el siglo XX.
El pasado ambos países acordaron poner fin a estas trabas, tras presentar Seúl un plan para compensar a estas personas usando fondos de compañías surcoreanas que se beneficiaron en su momento de un paquete de cientos de millones de dólares que el Gobierno japonés abonó para indemnizar a las víctimas de la colonización (1910-1945).
En respuesta, Tokio retiró las limitaciones para exportar dichos productos y Seúl le devolvió al país vecino su trato preferente, que Japón le devolverá a partir del próximo mes tras enmendar las normativas pertinentes que le habían revocado dicho estatus.
El acuerdo puso fin también a la demanda que Corea del Sur presentó contra Japón ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en relación con las restricciones ya retiradas.
En los últimos años numerosos particulares en Corea del Sur han presentado demandas para que ellos y sus descendientes sean compensados económicamente por las corporaciones que usaron mano de obra forzosa durante dicho período.
La administración surcoreana previa se había mostrado partidaria de las demandas, mientras que el Gobierno japonés alegaba que dicha cuestión quedó resuelta con un multimillonario pago ejecutado cuando ambos países retomaron sus relaciones diplomáticas en 1965, cuyos fondos fueron aparentemente malversados.