Roma, 24 oct (EFE).- El Gobierno italiano no consiguió llegar a un acuerdo sobre la reforma de las pensiones en Italia durante la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros celebrada hoy en Roma, lo que ha llevado a aplazar la aprobación de las medidas económicas que le exigió la Unión Europea.
Al término de la reunión del Consejo de Ministros, que duró poco más de una hora y media, la presidencia del Gobierno emitió un comunicado en el que no se menciona la aprobación de ninguna medida de reforma económica, mientras los medios de comunicación, que citan fuentes gubernamentales, indicaron que las negociaciones entre los miembros del Ejecutivo continuarán en las próximas horas.
El jefe del Gobierno, Silvio Berlusconi, tras el Consejo de Ministros, cenará en su residencia de Roma con su ministro de Economía, Giulio Tremonti, el subsecretario de la Presidencia, Gianni Letta, y con varios ministros de la Liga Norte, entre ellos el líder de la formación, Umberto Bossi.
La reunión podría continuar también mañana, pues aún le queda de plazo un día dada la intención de Berlusconi, según las mismas fuentes, de presentar ante la cumbre europea del próximo miércoles un detallado informe sobre las reformas que pretende acometer.
Durante toda la jornada la prensa italiana se hizo eco de las posibles reformas que pensaba realizar el Ejecutivo y entre ellas estaba la de retrasar la edad de jubilación de los italianos de los 65 a los 67 años, a la que ya se refirió el propio Berlusconi anoche.
Asimismo, también circularon informaciones que indicaban cambios en los años necesarios para acceder a la jubilación anticipada y sobre una posible venta de parte del patrimonio inmobiliario del Estado, con el fin de recaudar fondos para reducir el endeudamiento de Italia, que ronda el 120 por ciento del PIB, es decir casi 1,9 billones de euros.
Sin embargo, la federalista Liga Norte, que ha llegado, incluso a amenazar con protestas en la calle en el caso de que se aprueben las reformas con las que no esté de acuerdo, se opone de lleno a que se introduzcan modificaciones en el sistema de pensiones y pide medidas que "satisfagan" a todos.
Instantes antes de comenzar el Consejo de Ministros extraordinario, la Presidencia del Gobierno italiano divulgaba un comunicado en el que Berlusconi, después de recibir un toque de atención de la canciller alemana, Ángela Merkel, y del presidente francés, Nicolás Sarkozy, ayer, pedía que ningún socio comunitario diera lecciones a nadie.
"Estamos haciendo algún tímido paso adelante hacia un gobierno de la zona euro, pero queda aún mucho por hacer. La Alemania de Ángela Merkel es consciente de esto y su trabajo se acogerá a nuestra leal colaboración", afirmaba Berlusconi.
"Nadie en la Unión puede autoproclamarse comisario y hablar en nombre de los gobiernos electos y de los pueblos europeos. Nadie está en disposición de dar lecciones a sus socios", proseguía.
El primer ministro italiano afirmaba asimismo que "en cuanto a las turbulencias por la deuda soberana y la crisis del sistema bancario, en particular el franco-alemán", su Gobierno tiene una "posición firme" que llevará a la próxima cumbre europea.
Y aseguraba que Italia ya ha acometido reformas y "se dispone a completar lo que está en el interés nacional y europeo y que corresponde a su sentido de la justicia y de la igualdad social".
"Conseguiremos el equilibrio presupuestario en 2013 y nadie tiene ninguna cosa que temer de parte de la tercera economía europea y de este extraordinario país fundador que estima la cooperación supranacional al menos lo mismo que su orgullosa independencia", indicaba Berlusconi.
Esta declaración, llegó además ante el revuelo generado en Italia por las sonrisas que despertó en Sarkozy el hecho de que en la rueda de prensa al término de la cumbre europea se les preguntara a él y a Merkel sobre si el mandatario italiano se había comprometido a acometer nuevas reformas económicas.
Varios miembros de la política de Italia, entre ellos el ministro de Exteriores, Franco Frattini, atribuyen la actitud de Sarkozy al hecho de que el italiano Lorenzo Bini Smaghi aún no haya anunciado su salida del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) para dejar espacio a un francés ante la inminente sustitución de Mario Draghi a Jean-Claude Trichet en la Presidencia de la institución.
"El presidente Sarkozy tiene evidentemente una aspiración fuerte ante un miembro francés en la Ejecutiva del BCE y habría deseado que Bini Smaghi fuera quitado con un acto de autoridad. Él sabe que esto no es posible y, por tanto, buscar gestos y expresiones que ridiculizan nuestro país no es oportuno", dijo hoy Frattini. EFE
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