Washington, 16 ago (EFE).- El ayuntamiento de Chicago ha
recurrido a una medida drástica para ahorrar costes en plena crisis
económica y ha decidido colgar el lunes el cartel de "cerrado" en
las puertas de la mayoría de las oficinas públicas.
La iniciativa, contemplada en el presupuesto de la ciudad para
2009, prevé tres días de servicios mínimos este año, una medida que
redundará en un ahorro de 8,3 millones de dólares, según los
cálculos de las autoridades locales.
De esta manera, el viernes después del día de Acción de Gracias,
en Nochebuena y este lunes, las bibliotecas, los centros de salud
públicos, los servicios de seguridad pública, salvo los de la
policía y los bomberos, y la mayoría de las oficinas de la ciudad
estarán cerradas al público.
Durante esos tres días, el ayuntamiento contará con una plantilla
mínima de empleados para proporcionar los servicios esenciales.
La mayoría de los funcionarios no tendrá que trabajar, lo que
proporciona al Ayuntamiento ahorros sustanciales.
Otras medidas similares permitirán además a la ciudad de Chicago
reducir su déficit en más de 34 millones de dólares.
"Cada dólar que ahorramos con estas medidas nos ayuda a salvar
puestos de trabajo y, a largo plazo, a mantener los servicios para
los ciudadanos", explicó el alcalde de la ciudad, Richard Daley.
"Este plan se apoya en la mayoría de nuestros empleados civiles
como parte de la solución a un problema presupuestario serio", dijo.
La recesión ha tenido un impacto "significativo" en el
presupuesto de la ciudad, y pese a los esfuerzos del Ayuntamiento
por reducir los costes y gestionar mejor los gastos, los ingresos de
la ciudad este año fiscal se quedarán cortos en 300 millones de
dólares, de acuerdo con el alcalde. EFE