Lisboa, 30 nov (EFE).- El Gobierno conservador de Portugal tiene previsto aprobar hoy en el Parlamento, gracias a su mayoría absoluta, los presupuestos del Estado para 2012, que recogen nuevos y duros recortes y han suscitado una fuerte controversia en el país.
Los presupuestos lusos pasan hoy a la votación final después de un largo proceso de trámites parlamentarios que comenzó hace más de un mes.
Se prevé que sean aprobados con el apoyo del Partido Social Demócrata (PSD) y el democristiano CDS-PP, que juntos forman la coalición de Gobierno y cuentan con mayoría absoluta en la Cámara.
Entre las medidas que recoge el proyecto de los conservadores lusos destaca la supresión de una o dos pagas de los funcionarios, pensionistas y trabajadores del sector público que superen los 600 euros de salario mensual.
Además incluye la posibilidad de que las empresas incrementen la jornada laboral de sus trabajadores en media hora diaria sin percibir más retribución.
Este ajuste se suma a un incremento generalizado de la carga fiscal, que será especialmente sensible en el sector de los restaurantes y cafeterías, cuyos servicios estarán gravados a partir del año que viene con un IVA del 23 por ciento frente al 13 por ciento actual.
Los presupuestos también recogen significativos recortes de las partidas de cada Ministerio, del orden del 8 por ciento respecto al año anterior, y de los que no se salvan ni la Sanidad ni la Educación.
El Ejecutivo luso ha admitido la dureza de las nuevas medidas de austeridad, aunque las considera inevitables para combatir la crisis y poder cumplir con sus objetivos de reducción del déficit público, que desde el 9,8 % de 2010 debe terminar este año en el 5,9 y en 2012 en el 4,6 % del PIB.
Los conservadores portugueses han dado prioridad a cumplir los compromisos del programa de ajustes y reformas acordado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en mayo a cambio de su rescate financiero, de 78.000 millones de euros.
El Gobierno luso ha tenido que hacer más recortes de los inicialmente pactados con las instituciones internacionales debido a la aparición, en el segundo semestre del año, de varios desvíos en sus cuentas públicas, por un valor superior a los 3.000 millones de euros.
Los recortes, sin embargo, han sido fuertemente contestados por diferentes sectores de la sociedad portuguesa, que se muestran preocupados tanto por el impacto social de estas medidas como por la posibilidad de que la austeridad acabe por ahogar las expectativas de crecimiento económico en el país.
En este contexto tuvo lugar el pasado jueves una huelga general en Portugal, convocada de forma conjunta por los dos sindicatos mayoritarios por tercera vez en los últimos 23 años con el objetivo de escenificar su rechazo a los presupuestos de 2012.
También se han manifestado en contra otros grupos sociales como los del Movimiento de "indignados" 15 de Marzo, convocantes en esa fecha que adoptaron como nombre de una de las protestas más multitudinarias que se recuerdan en Portugal, y que reunió a cientos de miles de personas.
Ayer mismo se sumaron a las críticas las principales asociaciones de hosteleros del país, que advirtieron de que el aumento del IVA hasta el 23 por ciento en su actividad puede suponer el cierre de 21.000 empresas y hasta 47.000 despidos.
En el Parlamento, el principal partido de la oposición, el Socialista (PS), que perdió el poder en las elecciones anticipadas de junio, ha anunciado que se abstendrá hoy en la votación, mientras que las formaciones de izquierda marxista rechazarán el proyecto. EFE