Mientras la crisis de activos tóxicos golpeaba con dureza al sistema financiero estadounidense y se extendía a Europa encontrando a Inglaterra como su objetivo principal, la banca española logró mantenerse a salvo de lo que estaba sucediendo gracias a la, en su momento criticada, regulación prudencial del Banco de España.
Y si bien el sector bancario español resultó afectado de un modo indirecto a través del deterioro de la economía que se tradujo en un aumento en la morosidad de la cartera crediticia, las entidades españolas están gozando de una muy buena salud que se refleja en sus resultados del semestre y que además, les está permitiendo ser protagonistas en esta nueva etapa para el sistema financiero internacional.
Como les comentara en un artículo reciente “El nuevo escenario del sector bancario internacional”, el sector financiero internacional está viviendo un proceso de transformación en el cual aquellas entidades que han mantenido una posición sana no contaminada con la fiesta de los activos tóxicos están tomando la iniciativa y, como si fuera una venganza del destino para las demás entidades, han decidido salir en búsqueda de un mayor protagonismo internacional poniendo bajo amenaza la porción de mercado de aquellas entidades que han participado de la fiesta de los activos tóxicos y que hoy sólo pueden preocuparse por mantenerse en pie y sanear sus estructuras.
En este nuevo escenario, las principales entidades españolas, que en la década del ‘90 han apostado por Latinoamérica están en una avanzada sobre el mercado estadounidense, que promete nuevos capítulos en los próximos meses.
La crisis financiera internacional se dio en un momento histórico particular en donde varias economías emergentes se encontraban creciendo con fuerza y comenzando a codearse con el primer mundo. Entre estos países se encuentran Brasil y China. La crisis financiera internacional no afectó significativamente la trayectoria de dichas economías ni la salud de sus entidades financieras. Es por este motivo que las entidades bancarias brasileñas se encuentran a la expectativa de oportunidades de expansión internacional. Desde China, los fondos soberanos han mostrado un protagonismo inicial en el estallido de la crisis, aunque en estos momentos se encuentran un poco apagados (pero no se puede descartar una nueva avanzada de los mismos).
Volviendo a la estrategia de los principales bancos españoles, la estrategia de internacionalización agresiva que está llevando adelante el Santander (IBEX35:SAN;NYSE:STD) y que comentáramos hace poco más de un mes “El Santander a la conquista del mundo“, está siendo imitada por el BBVA (BVSP:ITUB3; NYSE:ITUB). ¿Pretende el BBVA llevar su competencia nacional con el Santander a la arena global? Sin dudas, éste no es el interés del BBVA, sino aprovechar las oportunidades de crecimiento que el mundo de la pos crisis le ofrece.
La destrucción que la subprime ha provocado en el sector bancario estadounidense no se termina de observar en toda su magnitud hasta el momento. Probablemente, muchos ciudadanos estadounidenses estén en estos momentos pasando por la puerta de varias (de las miles que existen) de las pequeñas y medianas entidades bancarias que operan en los EEUU sin sospechar el terrible esfuerzo que están haciendo para mantenerse en pie.
En este contexto, el presidente de BBVA, Francisco González, confirmaba en el día de ayer que la entidad está buscando realizar adquisiciones tácticas de entidades en la mitad sur de los Estados Unidos. La numerosa cantidad de entidades con dificultades hace de Estados Unidos un país que ofrece gran cantidad de oportunidades para la estrategia de expansión del BBVA.
González dejaba en claro que la nueva etapa del BBVA en EEUU es más agresiva: “Está claro que este banco tiene que ampliar las miras y tener más ambición. Ahora vamos a dar un impulso. Vamos a cambiar de marcha”.
Como si fuera una “feria americana”, en donde las personas pueden comprar prendas a muy bajo valor, el BBVA anda revoloteando por los EEUU a la búsqueda de ofertas tentadoras. Según el Wall Street Journal, González visitó hace unos meses a la presidenta de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos de Estados Unidos (FDIC), Sheila C. Bair, para asegurarse de que la agencia los tenía en mente a la hora de vender activos que recibe de bancos estadounidenses en suspensión de pagos.
El BBVA hace unos años que opera en los EEUU. En 2004, compró Laredo National Bancshares Inc. para aprovechar la gran población latina en Texas y un auge en las remesas hacia México. Dos años después, absorbió dos pequeños bancos de Texas. En 2007, la entidad compró por US$ 9.600 millones Compass Bancshares Inc., un banco de Alabama que posee unas 650 sucursales. En el primer semestre, BBVA registró utilidades de 85 millones de euros en EEUU, 48% menos que un año antes. Si bien las inversiones en EEUU no han dado hasta el momento los beneficios esperados, la entidad se encuentra muy esperanzada sobre el futuro de las operaciones en el país.
Quizás muchas entidades tildaban al BBVA como un “banco aburrido”, ya que en lugar de formar parte de la fiesta de los subprime y los derivados, prefirió (en parte, también por regulación), mantenerse en el buen camino de la actividad tradicional de las entidades bancarias que es la captación de depósitos y el otorgamiento de créditos. Sin embargo, el tiempo le ha dado la razón y ahora va por la revancha. Para Carlos Peixoto, analista de BPI en Portugal: “(BBVA) es uno de los grandes ganadores de esta crisis”.
En los EEUU, no son pocos los que apuestan a que el BBVA surgirá en breve como un postor serio para bancos de tamaño medio. Ya hay posibles entidades que el BBVA podría adquirir. Aunque no se ha confirmado, Colonial Bank, la filial de Colonial BancGroup Inc., que la semana pasada pasó a manos del gobierno estadounidense (en la que constituye la sexta mayor quiebra de un banco en la historia de EE.UU.) puede pasar a manos de la entidad española.
Para el BBVA, la expansión en los EEUU le permitirá reducir su alta dependencia de sus operaciones en México (a través de Bancomer) y España, dos economías fuertemente afectadas por la crisis y con no muy buenas perspectivas de recuperación. Según estima el propio presidente del BBVA, España no se recuperará antes del segundo semestre de 2010. En el caso de México, la economía profundizó su caída en el segundo trimestre del año a consecuencia del impacto del el brote de influenza H1N1.
José María García-Meyer, que está a cargo de las operaciones del BBVA en EEUU decía: “El segundo gran paso del banco (en EE.UU.) podría ser California”.
Mientras Santander y BBVA siguen en su avanzada en los EEUU, la consultora KPMG estimó que los bancos británicos podrían registrar pérdidas en sus complicadas divisiones minoristas en el segundo semestre del 2009, por las altas previsiones y la elevada competencia. Para colmo, un sondeo entre las entidades, da cuenta de una tendencia creciente en los activos tóxicos sin garantías (que incluyen a las tarjetas de crédito y los préstamos), que no alcanzaría su nivel máximo sino hasta 2010 o quizás después. ¿Será el sector bancario estadounidense otra oportunidad para que la banca española siga con su avanzada internacional?
Y si bien el sector bancario español resultó afectado de un modo indirecto a través del deterioro de la economía que se tradujo en un aumento en la morosidad de la cartera crediticia, las entidades españolas están gozando de una muy buena salud que se refleja en sus resultados del semestre y que además, les está permitiendo ser protagonistas en esta nueva etapa para el sistema financiero internacional.
Como les comentara en un artículo reciente “El nuevo escenario del sector bancario internacional”, el sector financiero internacional está viviendo un proceso de transformación en el cual aquellas entidades que han mantenido una posición sana no contaminada con la fiesta de los activos tóxicos están tomando la iniciativa y, como si fuera una venganza del destino para las demás entidades, han decidido salir en búsqueda de un mayor protagonismo internacional poniendo bajo amenaza la porción de mercado de aquellas entidades que han participado de la fiesta de los activos tóxicos y que hoy sólo pueden preocuparse por mantenerse en pie y sanear sus estructuras.
En este nuevo escenario, las principales entidades españolas, que en la década del ‘90 han apostado por Latinoamérica están en una avanzada sobre el mercado estadounidense, que promete nuevos capítulos en los próximos meses.
La crisis financiera internacional se dio en un momento histórico particular en donde varias economías emergentes se encontraban creciendo con fuerza y comenzando a codearse con el primer mundo. Entre estos países se encuentran Brasil y China. La crisis financiera internacional no afectó significativamente la trayectoria de dichas economías ni la salud de sus entidades financieras. Es por este motivo que las entidades bancarias brasileñas se encuentran a la expectativa de oportunidades de expansión internacional. Desde China, los fondos soberanos han mostrado un protagonismo inicial en el estallido de la crisis, aunque en estos momentos se encuentran un poco apagados (pero no se puede descartar una nueva avanzada de los mismos).
Volviendo a la estrategia de los principales bancos españoles, la estrategia de internacionalización agresiva que está llevando adelante el Santander (IBEX35:SAN;NYSE:STD) y que comentáramos hace poco más de un mes “El Santander a la conquista del mundo“, está siendo imitada por el BBVA (BVSP:ITUB3; NYSE:ITUB). ¿Pretende el BBVA llevar su competencia nacional con el Santander a la arena global? Sin dudas, éste no es el interés del BBVA, sino aprovechar las oportunidades de crecimiento que el mundo de la pos crisis le ofrece.
La destrucción que la subprime ha provocado en el sector bancario estadounidense no se termina de observar en toda su magnitud hasta el momento. Probablemente, muchos ciudadanos estadounidenses estén en estos momentos pasando por la puerta de varias (de las miles que existen) de las pequeñas y medianas entidades bancarias que operan en los EEUU sin sospechar el terrible esfuerzo que están haciendo para mantenerse en pie.
En este contexto, el presidente de BBVA, Francisco González, confirmaba en el día de ayer que la entidad está buscando realizar adquisiciones tácticas de entidades en la mitad sur de los Estados Unidos. La numerosa cantidad de entidades con dificultades hace de Estados Unidos un país que ofrece gran cantidad de oportunidades para la estrategia de expansión del BBVA.
González dejaba en claro que la nueva etapa del BBVA en EEUU es más agresiva: “Está claro que este banco tiene que ampliar las miras y tener más ambición. Ahora vamos a dar un impulso. Vamos a cambiar de marcha”.
Como si fuera una “feria americana”, en donde las personas pueden comprar prendas a muy bajo valor, el BBVA anda revoloteando por los EEUU a la búsqueda de ofertas tentadoras. Según el Wall Street Journal, González visitó hace unos meses a la presidenta de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos de Estados Unidos (FDIC), Sheila C. Bair, para asegurarse de que la agencia los tenía en mente a la hora de vender activos que recibe de bancos estadounidenses en suspensión de pagos.
El BBVA hace unos años que opera en los EEUU. En 2004, compró Laredo National Bancshares Inc. para aprovechar la gran población latina en Texas y un auge en las remesas hacia México. Dos años después, absorbió dos pequeños bancos de Texas. En 2007, la entidad compró por US$ 9.600 millones Compass Bancshares Inc., un banco de Alabama que posee unas 650 sucursales. En el primer semestre, BBVA registró utilidades de 85 millones de euros en EEUU, 48% menos que un año antes. Si bien las inversiones en EEUU no han dado hasta el momento los beneficios esperados, la entidad se encuentra muy esperanzada sobre el futuro de las operaciones en el país.
Quizás muchas entidades tildaban al BBVA como un “banco aburrido”, ya que en lugar de formar parte de la fiesta de los subprime y los derivados, prefirió (en parte, también por regulación), mantenerse en el buen camino de la actividad tradicional de las entidades bancarias que es la captación de depósitos y el otorgamiento de créditos. Sin embargo, el tiempo le ha dado la razón y ahora va por la revancha. Para Carlos Peixoto, analista de BPI en Portugal: “(BBVA) es uno de los grandes ganadores de esta crisis”.
En los EEUU, no son pocos los que apuestan a que el BBVA surgirá en breve como un postor serio para bancos de tamaño medio. Ya hay posibles entidades que el BBVA podría adquirir. Aunque no se ha confirmado, Colonial Bank, la filial de Colonial BancGroup Inc., que la semana pasada pasó a manos del gobierno estadounidense (en la que constituye la sexta mayor quiebra de un banco en la historia de EE.UU.) puede pasar a manos de la entidad española.
Para el BBVA, la expansión en los EEUU le permitirá reducir su alta dependencia de sus operaciones en México (a través de Bancomer) y España, dos economías fuertemente afectadas por la crisis y con no muy buenas perspectivas de recuperación. Según estima el propio presidente del BBVA, España no se recuperará antes del segundo semestre de 2010. En el caso de México, la economía profundizó su caída en el segundo trimestre del año a consecuencia del impacto del el brote de influenza H1N1.
José María García-Meyer, que está a cargo de las operaciones del BBVA en EEUU decía: “El segundo gran paso del banco (en EE.UU.) podría ser California”.
Mientras Santander y BBVA siguen en su avanzada en los EEUU, la consultora KPMG estimó que los bancos británicos podrían registrar pérdidas en sus complicadas divisiones minoristas en el segundo semestre del 2009, por las altas previsiones y la elevada competencia. Para colmo, un sondeo entre las entidades, da cuenta de una tendencia creciente en los activos tóxicos sin garantías (que incluyen a las tarjetas de crédito y los préstamos), que no alcanzaría su nivel máximo sino hasta 2010 o quizás después. ¿Será el sector bancario estadounidense otra oportunidad para que la banca española siga con su avanzada internacional?