Londres, 5 abr (EFE).- Los ministros de Economía y Finanzas del
G-20 acordaron hoy mantener los planes de estímulo para consolidar
los indicios de recuperación de la economía mundial e hicieron un
llamamiento en contra de la complacencia y el exceso de confianza.
Los ministros y los gobernadores de los bancos centrales se
reunieron en Londres para preparar la cumbre de jefes de Estado y de
Gobierno de los próximos días 24 y 25 en Pittsburgh (EEUU), y
evitaron cualquier muestra de triunfalismo frente a los "brotes
verdes" que empiezan a surgir en diversos indicadores económicos.
La cita se celebró después de que países como Alemania, Francia,
Japón o Australia hayan confirmado su salida de la recesión y de que
el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisará al alza las
previsiones de crecimiento mundial para el año próximo.
Pero los ministros del G-20 coincidieron en que hay todavía un
largo camino por recorrer y que por lo tanto seguirán aplicando las
medidas de apoyo aprobadas en las últimas dos cumbres del grupo,
incluidas las monetarias y fiscales, "hasta que garanticemos la
recuperación", manifestó el ministro británico, Alistair Darling.
La reunión comenzó con una intervención del primer ministro
británico, Gordon Brown, uno de los principales arquitectos del
consenso construido en torno al G-20 en los últimos meses, quien
alertó contra el "grave error" que supondría abandonar los planes de
gasto público y de estímulo fiscal en estos momentos.
"Decidir ahora que es el momento de empezar a retirar y a
revertir las medidas excepcionales que hemos tomado sería a mi
juicio un error grave", subrayó el primer ministro.
"Por el contrario -agregó- con más de la mitad de los 5 billones
de dólares de expansión fiscal comprometidos todavía por gastar,
creo que el rumbo prudente es que los países del G-20 apliquen los
planes fiscales y los paquetes de estímulo que han aprobado y
garanticen que se aplican tanto este año como el próximo".
El secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, habló
de los "signos de recuperación" que empieza a mostrar la economía
mundial, pero llamó la atención sobre "los otros desafíos
significativos" por resolver, como la elevada tasa de desempleo.
"El desempleo es inaceptablemente alto. Las condiciones para su
recuperación sostenible lideradas por la demanda privada aún no se
han establecido", dijo Geithner, cuyo país se ha situado en una tasa
de paro del 9,7 por ciento, la más alta desde 1983.
Geithner reivindicó la tarea desempeñada hasta ahora por el G-20,
que se enfrentó "al mayor desafío de la economía mundial en
generaciones (...) con un programa sin precedentes", en unas
acciones que "sacaron a la economía del fondo del abismo".
El consenso se logró también en lo que se refiere a reformar las
bonificaciones de los directivos bancarios, un asunto que planteaba
cierta controversia antes de la reunión por la pretensión de Francia
de imponer un techo a las primas, y que se resolvió con una
propuesta británica de vincularlas al éxito o el fracaso de gestión.
La propuesta incluye una prórroga sobre un porcentaje de las
primas pactadas, a la espera de conocer el resultado de la gestión
del directivo, recortes si los resultados son malos y vincular en
mayor medida el beneficio a la marcha de las acciones en Bolsa.
La propuesta de Londres incluye además una prohibición de las
bonificaciones fijas y garantizadas y una mayor transparencia sobre
quién recibe un pago millonario al terminar su trabajo al frente de
una institución financiera y la cuantía del mismo.
La vicepresidenta segunda del Gobierno español, Elena Salgado,
admitió que no hubo un consenso suficiente para poner un techo a
esas primas, tal y como proponían algunos países europeos.
"No hemos llegado a un consenso absolutamente suficiente y hemos
quedado en seguir trabajando", afirmó Salgado, quien matizó que la
propuesta europea no pedía "límites cuantitativos estrictos, sino
alguna relación entre remuneración fija y remuneración variable".
El G-20 se comprometió también en su comunicado final a "trabajar
para combatir la excesiva volatilidad de los precios de las materias
primas, mejorando la transparencia de los mercados, promoviendo el
diálogo entre los países productores y los países consumidores".
En cuanto a la mayor influencia que reclaman las naciones
emergentes en la toma de decisiones en instituciones financieras
internacionales como el FMI y el Banco Mundial (BM), con Brasil,
China y la India a la cabeza, también se allanó el terreno para que
la cumbre de Pittsburgh adopte medidas concretas en este tema.
El Consejo de Estabilidad Financiera, organismo internacional que
nació de la cumbre de abril, será el encargado de perfilar las
propuestas y de supervisar su cumplimiento en el futuro. EFE