Bruselas, 19 nov (EFE).- Ecuador confía en que la cumbre mundial
sobre el clima que se celebrará en Copenhague en diciembre pueda dar
un nuevo impulso a su proyecto de conservación ambiental Yasuní-ITT,
que propone dejar bajo tierra un importante yacimiento petrolífero
en la Amazonía a cambio de financiación internacional.
El presidente del Consejo Administrativo de la iniciativa, Roque
Sevilla, afirmó hoy durante una rueda de prensa en Bruselas que
esperan que la comunidad internacional llegue a un acuerdo para
luchar contra el cambio climático que incluya compensaciones
económicas por las "emisiones evitadas", que es uno de los puntos
fuertes del proyecto ecuatoriano.
Según explicó, actualmente sólo existen bonos por la "reducción
de emisiones" de CO2, tal y como prevé el protocolo de Kioto, pero
en Copenhague podrían ser respaldadas propuestas como la Reducción
de Emisiones de Deforestación y Degradación Forestal (REDD), que
persiguen evitar la tala de bosques para recortar también emisiones.
En su opinión, esa idea ya es un avance, aunque el proyecto
Yasuní-ITT va más allá y busca no sólo no deforestar sino no
explotar un yacimiento.
"No existe en el mundo una sola ley sobre cómo no explotar un
yacimiento", comentó Sevilla, en plena gira europea para explicar el
proyecto y lograr apoyos.
Por otro lado, la reunión de Copenhague puede ser clave si, como
está previsto, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) concreta allí la creación de un fondo fiduciario que gestione
las aportaciones internacionales que solicita Quito para dejar sin
explotar el campo ITT, en el parque natural Yasuní.
Ese bosque, declarado Patrimonio de la Biosfera por la Unesco en
1989, concentra una alta biodiversidad y alberga a grupos indígenas
en aislamiento voluntario.
Ecuador llegó a un acuerdo con el PNUD para crear un fideicomiso
internacional que capte los 565 millones de dólares anuales que
considera necesarios durante los próximos trece años para compensar
la no explotación de ese yacimiento, que de producirse liberaría a
la atmósfera unos 407 millones de toneladas de CO2.
Ese tiempo es el que estima que tardaría en completar su
explotación, y 7.200 millones de dólares los beneficios que cree que
retribuiría al país.
La propuesta consiste en que la comunidad internacional realice
una aportación en proporción del PIB de cada país, que en el caso de
España ascendería a un total de 240,8 millones de dólares, unos 18,5
millones al año.
Tanto España como Alemania (hasta 50 millones de dólares anuales)
se han mostrado dispuestos a colaborar, mientras que Francia (al que
se pide 36 millones), Suecia (5 millones) y Bélgica (6 millones) ven
"interesante" la propuesta, mientras que otros países como Reino
Unido (36 millones) ya han declinado su participación.
Ecuador, cuya principal fuente de financiación es el petróleo (es
el quinto productor americano, con una oferta de casi 500.000
barriles diarios), se ha planteado lograr al menos la mitad de su
objetivo, 350 millones de euros anuales, antes del fin de 2010, para
seguir adelante con la iniciativa. EFE