Hace unos días, el gobierno español decidió la renovación de su gabinete en un intento por encontrarle una salida a la profunda crisis por la que está atravesando la economía. Hasta el momento, todo lo que se ha intentado para atenuar los efectos de la crisis no ha logrado el éxito esperado. Tampoco se deberá esperar que los cambios en el gabinete sean la solución a la crisis económica.
No caben dudas de que en función a lo que se observa, España no podrá salir de la crisis actual por sí misma. A la economía española la van a tener que sacar de esta situación el resto de los países. Esto quiere decir que la misma superará la crisis cuando el resto de las economías europeas (y la estadounidense también, lógicamente), comiencen a recuperarse y generen un “efecto derrame” positivo sobre la economía española.
No están, en estos momentos, en discusión las reformas estructurales que se deben realizar en la economía española para fortalecerla y evitar que resulte tan vulnerable a situaciones adversas como la actual. Lo que se discute actualmente en España es cómo generar impactos en el corto plazo para recuperar lo antes posible el crecimiento económico del país.
Las medidas adoptadas para estimular a la economía, parecen no tener ningún tipo de efecto. Tal es el deterioro de la economía española que por primera vez, la misma registró en el mes de marzo una tasa de deflación interanual del 0,1% (síntoma, entre otras cosas, de que la demanda interna no está en su mejor momento).
Si bien muchas familias españolas han recibido con agrado la caída de los precios en la economía que les permite un alivio a sus golpeados bolsillos, la persistencia de un contexto deflacionario puede afectar significativamente a los deudores que verán incrementados el pago de sus obligaciones en términos reales poniendo en peligro su capacidad de pago. De producirse un aumento generalizado en la morosidad, ello representará un nuevo golpe a la economía.
¿Hasta cuándo puede durar la recesión en España? En relación a este tema, el Banco de España no se muestra demasiado optimista. Las últimas proyecciones del Banco de España apuntan a una contracción del PBI del 3% para el presente año y del 1% en 2010.
El FMI se ha mostrado pesimista sobre las perspectivas de la economía global ya que considera que la misma se contraería durante el presente año, entre un 0,5% y 1%, mientras que la recuperación económica se produciría en 2010 si es que los gobiernos incrementan sus intervenciones en la economía. Frente a este contexto externo negativo, no existen buenas perspectivas de recuperación para la economía de España.
Con la recesión instalada en la economía española, el mercado laboral sufre de un modo particular la crisis. El deterioro en el mercado laboral es tal, que el desempleo habría alcanzado al 17% de la PEA durante el primer trimestre del año, según la información surgida del último Boletín de Avance del Mercado Laboral Afi-AGETT.
En relación a la actividad económica, ayer se conoció que la producción industrial en España registró una contracción mensual del 1,7% en febrero y del 22% en términos interanuales (la mayor contracción de la producción industrial dentro de las economías de la eurozona).
Frente a una economía que cae en picada, el razonamiento lógico es que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero debería extremar sus esfuerzos y lanzar nuevos paquetes de estímulo económico. Pero ello está lejos de las posibilidades del gobierno de Zapatero.
En una entrevista que le concediera al periódico estadounidense, “The Wall Street Journal”, el director general del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina afirmaba ayer que España no tiene más margen para lanzar nuevas medidas de estímulo económico. Para peor, Malo de Molina considera que si lo tuviera, las mismas tendrían un escaso efecto sobre la economía. Para este año, el déficit fiscal de España podría alcanzar al 10% de su PBI, haciendo del frente fiscal un nuevo problema a resolver de manera urgente.
No caben dudas de que la economía española se encuentra en un círculo vicioso del que le es muy difícil salir.
Con un gobierno con pocas armas para sacar a la economía de la crisis, y una crisis que se alimenta a sí misma, ¿Cómo se le puede encontrar una salida a esta situación? Por lo pronto, la respuesta está en buscar el aporte y compromiso de todos los sectores de la economía, y lograr que el gobierno y la oposición se sienten a dialogar para consensuar ideas. Probablemente España necesite un nuevo pacto social para lograr superar la crisis.