Washington, 14 ene (EFE).- El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, presentó hoy el nuevo gravamen que quiere imponer a la
banca para penalizar sus excesos, como las "bonificaciones
obscenas", y que permitirá recuperar parte del dinero público
invertido en el rescate financiero.
De ser aprobado por el Congreso, el nuevo gravamen, bautizado
como "tasa de responsabilidad en la crisis financiera", permitirá
recaudar unos 90.000 millones de dólares en diez años y 117.000
millones en doce años, según la Casa Blanca.
El nuevo impuesto se aplicará a las 50 mayores entidades
financieras que operan en el país, entre bancos, aseguradoras e
intermediarios financieros, aunque quince de ellas son filiales de
compañías extranjeras.
El gravamen implicará, según los cálculos de los expertos, el
pago de 1,5 millones de dólares por cada 1.000 millones de activos
de las entidades. El 60% de la recaudación total provendrá de las
diez mayores firmas financieras de Estados Unidos.
En la presentación de esta iniciativa, Obama dijo que si los
grandes bancos están en tan buenas condiciones que pueden pagar
"bonificaciones obscenas" también pueden devolver a la ciudadanía el
dinero que los salvó del colapso.
El presidente se refirió así al plan de rescate financiero de
700.000 millones de dólares conocido como Programa de Alivio de
Activos Depreciados (TARP, por su sigla en inglés), que fue aprobado
a finales de 2008 por el anterior Gobierno.
Dado que todo el dinero no se ha gastado, y que algunos bancos
están devolviendo las ayudas, la Casa Blanca calcula que el TARP
costará finalmente unos 117.000 millones, por debajo de los 341.000
millones que se creía el pasado verano.
El nuevo impuesto, en cualquier caso, estará en vigor hasta que
se recupere todo el dinero publico invertido en el rescate de las
grandes entidades financieras
La propuesta de Obama coincide con un creciente descontento
público por las cuantiosas bonificaciones que los bancos están
pagando a sus ejecutivos, y por el hecho de que no hayan suspendido
el pago de dividendos a los accionistas, en un entorno de crisis
económica y alto desempleo.
"Nuestro país ha soportado la recesión más profunda en varias
generaciones", dijo el mandatario. "Y gran parte del problema se
debió a la irresponsabilidad de los bancos y las instituciones
financieras".
Estas empresas, añadió, "asumieron riesgos insensatos buscando el
lucro de corto plazo y bonificaciones crecientes y causaron una
crisis financiera que casi sumió a la economía en una segunda Gran
Depresión".
"Mi compromiso es la recuperación de cada centavo que se debe al
pueblo", sostuvo Obama. "Y mi determinación de alcanzar esta meta se
fortalece cuando veo informes de ganancias enormes y bonificaciones
obscenas en las mismas firmas que deben su supervivencia al pueblo,
al que no se ha indemnizado y que sigue afrontando las dificultades
reales en esta recesión".
"Si los bancos están en tan buenas condiciones como para pagar
bonificaciones enormes, seguramente están en condiciones de devolver
el dinero a los ciudadanos", reiteró.
La propuesta se encamina ahora al Congreso, donde los demócratas
tienen mayoría en ambas cámaras, y donde no es claro qué posición
tomarán los republicanos que, durante un año, se han opuesto
prácticamente a todas las iniciativas de Obama.
Los grupos de presión que representan a la banca preparan una
campaña agresiva para impedir la aprobación del gravamen, que
consideran una medida populista del Gobierno.
Un argumento de los banqueros es que el dinero recaudado por el
gravamen se sacará del sistema bancario, donde podría utilizarse
para respaldar nuevos préstamos.
Pero la Casa Blanca insiste en que los bancos deben ayudar a
tapar el agujero generado por el rescate financiero.
"Los bancos deberían asumir su responsabilidad y cooperar con
nosotros en lugar de eludir sus obligaciones", dijo hoy la asesora
de alta jerarquía de la Casa Blanca Valerie Jarrett, en un programa
de la cadena MSNBC de televisión. "Cada día, la gente común paga sus
obligaciones ¿Por qué no habrían de hacer lo mismo los bancos?". EFE