La calle es uno de los muchos frentes que tiene abiertos en Filipinas su presidente, el siempre polémico Rodrigo Duterte. Con ocasión de su segundo discurso sobre el estado de la nación, miles de personas han protestado en Manila, entre otros asuntos, contra la ley marcial declarada en Mindanao y contra la brutal guerra que Duterte declaró al narcotráfico, que en un año ha dejado más de 7.000 muertos.