Londres, 1 jun (EFE).- Las aerolíneas británicas reclamarán hoy
una compensación millonaria al ministerio de Transportes del Reino
Unido por el cierre del espacio aéreo a raíz de la llegada de la
nube de cenizas volcánicas procedente de Islandia.
Aunque desde la erupción del volcán islandés, que obligó al
cierre durante seis días de abril de parte del espacio aéreo
europeo, ha habido algunas conversaciones entre las aerolíneas y el
Gobierno, hoy es la primera ocasión que tienen aquéllas de abordar
el tema con el titular del departamento, Philip Hammond.
Según informa hoy el diario The Independent, las aerolíneas
acusan al Gobierno de haberse excedido en su reacción a la llegada
de las cenizas volcánicas prohibiendo sin más los vuelos.
Argumentan además que no tienen por qué ser ellas quienes
soporten en exclusiva los costos de eventuales perturbaciones en el
tráfico aéreo debidas a desastres naturales.
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) calcula
en unos 1.700 millones de dólares los perjuicios causados a las
compañías aéreas en todo el mundo por la nube de cenizas volcánicas.
Esas compañías reclaman ahora al Gobierno británico cientos de
millones de libras de daños y perjuicios para resarcirse tanto de la
pérdida de ingresos por el cierre del espacio aéreo como de los
costos en que incurrieron al tener que hacerse cargo de los
pasajeros que no pudieron regresar a tiempo al país, añade.
Los responsables de las compañías están indignados por la
tardanza de los gobiernos en percatarse de la magnitud del problema,
lo que se tradujo en cinco días de auténtico caos causados por el
cierre del espacio aéreo antes de que los ministros de los distintos
países hablaran unos con otros, según la información.
"Europa estaba cerrada, los sistemas de transportes, paralizados
y las aerolíneas, asustadas y trabajando a contrarreloj, pero los
ministros se fueron de fin de semana como si no ocurriera nada",
declaró al periódico británico una fuente de la industria aérea.
Las aerolíneas critican también el empleo de modelos de
computadora para calcular las zonas afectadas por las cenizas
volcánicas y prohibir todos los vuelos en lugar de utilizar imágenes
de satélite más sofisticadas para determinar la densidad de la nube
y buscar nuevas rutas para los aviones.
Desde el estallido de la crisis en abril se han perfeccionado los
modelos de los reguladores del tráfico aéreo, lo que ha permitido
ser más precisos en los posteriores cierres de aeropuertos.
Otro motivo de preocupación de las aerolíneas tiene que ver con
la responsabilidad: en caso de desastre natural, los gobiernos
tienen tendencia a intentar satisfacer las necesidades de los
ciudadanos, recoge.
Pero, agrega, las aerolíneas se ven además especialmente
perjudicadas porque la legislación aérea indica que el transportista
debe ocuparse de los pasajeros si se suspende un vuelo por la causa
que sea. EFE