Bogotá, 7 abr (EFE).- La conciliación de vida y trabajo empieza a ser una necesidad en Latinoamérica, donde el crecimiento económico y la cultura familiar impulsan la adopción de servicios novedosos, basados en el concepto de "salario emocional", que comienzan a consolidarse en la región a través de empresas especializadas.
"Los empleadores se han dado cuenta de que el salario es uno de los ingredientes, pero no es lo determinante. Hay satisfactores de tipo emocional que son importantes para la fidelidad con la empresa", explicó a Efe el colombiano Álvaro Enríquez, doctor en psicología organizacional por la Universidad de Sao Paulo (Brasil).
Bajo este concepto ofrece sus servicios la empresa española Albenture, que con una cartera de más de 500 clientes prepara su instalación en Colombia tras haberlo hecho en Argentina, Brasil, Chile, Perú y México.
"Somos como un gabinete de crisis personal y familiar, listo para ayudar a resolver determinadas situaciones del día a día", anotó a Efe el director de Albenture, Alberto García-Francos.
El objetivo de esta compañía especializada en la conciliación vida-trabajo es, según su director, "convencer a las empresas de que es bueno que paguen" por dar una serie de servicios gratuitos a sus empleados, que van más allá de la flexibilidad horaria, no siempre suficiente y asociada a "limitaciones económicas y organizativas".
Se ponen así a disposición de los trabajadores unos 600 servicios, de los que alrededor de 400 son gratuitos, elaborados a partir de "situaciones vitales" que van desde ayudas para hacer trámites en horarios de trabajo hasta asesoría para resolver problemas familiares.
De esa forma, los trabajadores dispondrán "de más tiempo libre y de calidad para que lo puedan dedicar a ellos y a sus familias", en palabras del ejecutivo español.
Son también una especie de "servicios sociales", que generalmente "se restringen a colectivos en situación de marginación".
Según García-Francos, aunque tenga medios económicos a veces para el empleado la dificultad es "no saber qué hacer" ante la enfermedad de un familiar o un problema con un hijo adolescente.
Es un "ganar-ganar". Para los empleados, que se sienten más a gusto en el trabajo, y para las empresas, que "ganan en productividad" y registran un "menor ausentismo", reflexionó el director de Albenture, que tiene entre sus clientes a empresas como HSBC, Banesto, Phillips, Motorola, Procter & Gamble, Pepsi y Price Waterhouse Coopers.
"Vivir placenteramente da muchos mejores resultados para la productividad", coincidió Enríquez, al apuntar que cuando una empresa aplica políticas que tienen en cuenta la parte emocional y afectiva de sus empleados aparecen en ellos valores como "responsabilidad, honestidad y compromiso" con la compañía.
A la vez que se han ido desarrollando "competencias más exigentes" para el empleado, se han buscado "formas más flexibles y contextos más creativos y diversos" para que ejecute su trabajo, indicó Enríquez.
En Latinoamérica "alguien tiene que ir abriendo camino" en este campo, argumentó García-Francos, para quien la región tiene varios "elementos positivos": la elevada cualificación de los directivos de recursos humanos de las grandes empresas, el crecimiento económico y la cultura familiar. EFE