San Juan, 14 oct (EFE).- Los sindicatos puertorriqueños desafían
mañana al Gobierno del anexionista Luis Fortuño con una huelga
general en protesta por el despido, por el momento, de más de 17.000
funcionarios, una medida histórica en la isla caribeña.
Fortuño, líder del Partido Nuevo Progresista (PNP), reconoció hoy
que ha sido el primer gobernador en la historia de Puerto Rico con
el valor de afrontar la reducción de la elevada nómina de empleados
públicos, lo que ha provocado una ola de protestas con consecuencias
impredecibles.
El gobernador, un reconocido neoliberal que aboga por la
integración plena de Puerto Rico con Estados Unidos, justificó los
despidos como única forma de reducir un déficit público que alcazaba
cuando llegó al poder el pasado enero los 3.200 millones de dólares,
un lastre que en sus palabras ahoga la economía de la isla.
Fortuño anunció nada más tomar las riendas del Ejecutivo el
ahorro, a través de la llamada Ley 7, de 2.000 millones de dólares
en gastos gubernamentales, lo que implica el despido de miles de
funcionarios públicos.
Los sindicatos respondieron el pasado 5 de junio con una
manifestación en la que, según algunas estimaciones, participaron en
las calles de San Juan cerca de cien mil personas, cifra desconocida
en la historia puertorriqueña para una protesta pública.
Fortuño ignoró la demostración del poder de convocatoria de los
sindicatos y anunció el pasado 28 de septiembre el despido de 17.000
funcionarios, lo que generó el llamamiento a la huelga general de
mañana.
El presidente del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores (SPT),
Roberto Pagán, dijo hoy a Efe que no tiene dudas de que la huelga
paralizará la actividad laboral del país, al afectar tanto a las
corporaciones estatales como a las empresas privadas.
Pagán advirtió además de que la huelga y la marcha de mañana "no
son el final" de la estrategia sindical contra el despido de más de
17.000 empleados públicos y que podría convocarse "una huelga
general indefinida" si Fortuño y el Ejecutivo que encabeza no
desisten de sus planes.
Por su parte, el portavoz de la Coordinadora Sindical y del
Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASyL), Luis Pedraza Leduc,
predijo "una manifestación masiva que inundará las calles de San
Juan".
Fortuño aseguró, tras escuchar a los sindicatos, que no dará
marcha atrás en sus planes y explicó que si no se hubiera despedido
a los 17.000 empleados estatales habría tenido que cerrarse el
Gobierno antes de la próxima Navidad por falta de fondos.
Sindicatos y algunos analistas acusan a Fortuño de querer
desmantelar los servicios públicos para entregárselos a la
iniciativa privada.
El gobernador ha reiterado que una de las soluciones a los
problemas de la economía de la isla pasa por las llamadas Alianzas
Público Privadas, que permitirán operar activos públicos a empresas
particulares y en su opinión generar miles de nuevos empleos.
Los sindicatos han anunciado que el paro de mañana no es el final
de la lucha y que podrían convocar una huelga general indefinida que
entonces sí paralizaría el país.
Puerto Rico sufre su cuarto año consecutivo de crisis económica,
responsable de una tasa de desempleo galopante que alcanza ya al 16
por ciento de la población activa. EFE