París, 7 abr (EFE).- Brasil debe tener entre sus grandes prioridades una mejora de la calidad del sistema educativo, una mayor eficiencia de los mercados financieros y la supresión de barreras a la inversiones en infraestructuras, según la OCDE.
En su informe anual sobre las reformas estructurales publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que los resultados de los alumnos brasileños si se los comparan con los de los países ricos son "comparativamente bajos".
Por eso aconsejó "incrementar la calidad de la educación en los niveles primario y secundario", así como ampliar los estudios universitarios del país, que tiene problemas de productividad respecto al mundo desarrollado, recordó la OCDE.
Los autores de este estudio criticaron las "excesivos requerimientos" en términos de reservas para los bancos y provisiones para la concesión de créditos que dificultan la eficiencia económica a largo plazo y pidieron su reducción gradual.
Se trata de "asegurar tanto la estabilidad como el desarrollo de los mercados financieros", señalaron en este documento que por primera vez analiza la situación de seis grandes países emergentes -Rusia, Brasil, Sudáfrica, China, Indonesia e India-.
La OCDE lamentó que los programas de infraestructuras pasados en Brasil hayan sufrido retrasos en su implementación y afirmó que las restricciones al comercio y a la inversión ahuyentan a los inversores privados.
Para cambiar esa situación, dijo que hay que reducir los costes financieros, los impuestos sobre el capital en las inversiones productivas y los gastos del sector público.
También alentar a los estados y a poner en marcha de forma eficiente proyectos de infraestructura y a reducir las incertidumbres normativas en el sector del gas y del petróleo.
En el terreno fiscal, la organización cuestionó su carácter fragmentario, complejo y cambiante, así como las "onerosas" cotizaciones sociales, que a su juicio tienen efectos negativos sobre el empleo, y en particular sobre el trabajo formal.
A ese mismo respecto, se pronunció a favor de disminuir las cotizaciones para los empleados con bajos sueldos para luchar contra la informalidad.
El conocido como el "Club de los países desarrollados" constató que Brasil ha disminuido la diferencia de renta per cápita respecto a la mitad superior de los miembros de la OCDE, pero "sigue siendo amplia" (cercanas al 80 %), y en gran medida por la baja productividad laboral, reflejo en parte de unas tasas de inversión reducidas. EFE