Podemos sentirnos orgullosos”. Michelle Bachelet, presidente de Chile luego de la aceptación de su país para ingresar a la OCDE, pasando a ser de este modo, el primer país latinoamericano en ingresar a este privilegiado grupo.
Se está por iniciar una nueva etapa en la economía chilena. Las elecciones presidenciales y el ingreso del país como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), marcarán un nuevo rumbo para la economía chilena que enfrentará nuevos desafíos pero que también tendrá importantes oportunidades.
Los chilenos se cansaron de la concertación y en la primera vuelta electoral dieron un giro hacia la derecha que liderada por Sebastián Piñera que tiene grandes posibilidades de llegar al poder, aunque aún debe ser confirmado en segunda vuelta que se celebrará recién el 17 de enero de 2010, tiempo que será aprovechado por el demócrata cristiano Eduardo Frei, de la Concertación por la Democracia (que gobierna desde hace 20 años en Chile) para conseguir los aliados necesarios para intentar el triunfo electoral.
Este hecho es histórico y marca el nivel de maduración del electorado chileno que sabe diferenciar al candidato por el oficialismo de la figura de la presidente Bachelet que tiene un nivel de aceptación popular del 75%.
El posible cambio en la conducción de Chile no preocupa a los mercados que confían en la continuidad de políticas de Estado cualquiera sea quien esté en el poder. Esto mismo fue reafirmado por el subsecretario general de la Presidencia, Edgardo Riveros, quien declaraba: “Lo que opera acá es el principio de continuidad del Estado. Esto habla bien de lo que ha sido la inserción internacional de nuestro país, que esperamos continúe de manera inalterable”.
Chile será de este modo, el miembro 31 de la OCDE y su ingreso formal se produciría en la primera quincena de enero de 2010. Vale recordar que Chile participa desde 1997 en calidad de observador en la OCDE. Pero la pertenencia a la OCDE no es solamente para Chile un elemento distintivo sino que puede transformarse en un factor que acelere el proceso de desarrollo y crecimiento de su economía.
Este nivel de madurez política que exhibe Chile se combina con la seriedad y transparencia en materia de política económica, lo cual afirma su confiabilidad como destino de las inversiones.
Tan trascendente es el cambio al frente del gobierno chileno como lo es el ingreso del país al grupo de la OCDE. El ingreso de Chile al grupo de países desarrollados implicará importantes beneficios para la economía chilena que aumentará su atractivo para los inversores.
Existen varios elementos positivos de la incorporación de Chile a la OCDE. Uno de los principales es que el ingreso aporta a consolidar la institucionalidad de la economía, lo cual será altamente valorado por los inversores internacionales. La pertenencia a la OCDE permitirá que en el país puedan colocar sus fondos las administradoras de pensiones de países de la OCDE que tienen como restricción para sus inversiones en el exterior, que los países elegidos deban pertenecer al selecto grupo.
La mayor disponibilidad de fondos, posibilitará una mejora en las condiciones de financiamiento para el sector privado de Chile que podrá de este modo, llevar adelante sus planes de inversión, pensando por qué no, en imitar la estrategia de varias compañías brasileñas que se han lanzado agresivamente a competir en los mercados internacionales.
Para el director del Centro de Economía Internacional del Instituto Libertad y Desarrollo, Francisco Garcés, la pertenencia de Chile le permitirá una evaluación permanente y objetiva de su política económica. El aval de este grupo de países es una señal para los mercados acerca de la calidad de las políticas económicas del país. Según el propio Garcés: “Los aciertos, errores y omisiones, en cuanto a políticas públicas económicas y sociales de Chile, serán analizadas más objetivamente por la OCDE en forma periódica”.
La mayor confianza que generará las políticas económicas de Chile se traducirá también en una reducción de los costos de financiamiento externo, lo cual fortalecerá la situación fiscal de Chile, generando además, un círculo virtuoso.
Para Víctor Valenzuela, académico de la UNAB: “Probablemente es el acuerdo más importante de las últimas décadas, porque en el fondo nos están sacando la etiqueta de ser un país tercermundista o en vías de desarrollo. Y aunque estemos entrando a la cola, sin dudas nos vamos a ir como uno de los mejores”.
El ministro chileno de Hacienda, Andrés Velasco, decía en un comunicado: “Estando sentados en esta mesa avanzaremos más rápido, avanzaremos mejor, para el beneficio de toda la gente de Chile”. La pertenencia de Chile a la OCDE consolidará el desarrollo económico y será beneficioso para toda la región. Latinoamérica, con Chile, Brasil y Perú, entrará en un círculo virtuoso que deberán aprovechar el resto de las economías latinoamericanas no solamente para consolidar su crecimiento, sino también para dar pasos importantes en su desarrollo económico.
La crisis ha golpeado con fuerza a la economía chilena. Si bien ha resultado demasiado costosa en términos de crecimiento económico y de bienestar social, es también cierto que la crisis fue además una oportunidad para conocer en profundidad las debilidades de la economía chilena. Estará en el nuevo gobierno el transformar en acciones de política económicas, las enseñanzas de la crisis. Las decisiones que se tomen pueden potenciar o atenuar todo lo bueno de este nuevo período que inicia para Chile.
Está claro que el cambio de gobierno y el ingreso de Chile a la OCDE son elementos que impactarán en el rendimiento de las inversiones chilenas. El comprender cómo hechos de este tipo influyen sobre las inversiones a través de su incidencia en el contexto económico, es de gran valor para poder sacar su mayor provecho.
Nos encontraremos nuevamente el próximo lunes,
Horacio Pozzo
Se está por iniciar una nueva etapa en la economía chilena. Las elecciones presidenciales y el ingreso del país como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), marcarán un nuevo rumbo para la economía chilena que enfrentará nuevos desafíos pero que también tendrá importantes oportunidades.
Los chilenos se cansaron de la concertación y en la primera vuelta electoral dieron un giro hacia la derecha que liderada por Sebastián Piñera que tiene grandes posibilidades de llegar al poder, aunque aún debe ser confirmado en segunda vuelta que se celebrará recién el 17 de enero de 2010, tiempo que será aprovechado por el demócrata cristiano Eduardo Frei, de la Concertación por la Democracia (que gobierna desde hace 20 años en Chile) para conseguir los aliados necesarios para intentar el triunfo electoral.
Este hecho es histórico y marca el nivel de maduración del electorado chileno que sabe diferenciar al candidato por el oficialismo de la figura de la presidente Bachelet que tiene un nivel de aceptación popular del 75%.
El posible cambio en la conducción de Chile no preocupa a los mercados que confían en la continuidad de políticas de Estado cualquiera sea quien esté en el poder. Esto mismo fue reafirmado por el subsecretario general de la Presidencia, Edgardo Riveros, quien declaraba: “Lo que opera acá es el principio de continuidad del Estado. Esto habla bien de lo que ha sido la inserción internacional de nuestro país, que esperamos continúe de manera inalterable”.
Chile será de este modo, el miembro 31 de la OCDE y su ingreso formal se produciría en la primera quincena de enero de 2010. Vale recordar que Chile participa desde 1997 en calidad de observador en la OCDE. Pero la pertenencia a la OCDE no es solamente para Chile un elemento distintivo sino que puede transformarse en un factor que acelere el proceso de desarrollo y crecimiento de su economía.
Este nivel de madurez política que exhibe Chile se combina con la seriedad y transparencia en materia de política económica, lo cual afirma su confiabilidad como destino de las inversiones.
Tan trascendente es el cambio al frente del gobierno chileno como lo es el ingreso del país al grupo de la OCDE. El ingreso de Chile al grupo de países desarrollados implicará importantes beneficios para la economía chilena que aumentará su atractivo para los inversores.
Existen varios elementos positivos de la incorporación de Chile a la OCDE. Uno de los principales es que el ingreso aporta a consolidar la institucionalidad de la economía, lo cual será altamente valorado por los inversores internacionales. La pertenencia a la OCDE permitirá que en el país puedan colocar sus fondos las administradoras de pensiones de países de la OCDE que tienen como restricción para sus inversiones en el exterior, que los países elegidos deban pertenecer al selecto grupo.
La mayor disponibilidad de fondos, posibilitará una mejora en las condiciones de financiamiento para el sector privado de Chile que podrá de este modo, llevar adelante sus planes de inversión, pensando por qué no, en imitar la estrategia de varias compañías brasileñas que se han lanzado agresivamente a competir en los mercados internacionales.
Para el director del Centro de Economía Internacional del Instituto Libertad y Desarrollo, Francisco Garcés, la pertenencia de Chile le permitirá una evaluación permanente y objetiva de su política económica. El aval de este grupo de países es una señal para los mercados acerca de la calidad de las políticas económicas del país. Según el propio Garcés: “Los aciertos, errores y omisiones, en cuanto a políticas públicas económicas y sociales de Chile, serán analizadas más objetivamente por la OCDE en forma periódica”.
La mayor confianza que generará las políticas económicas de Chile se traducirá también en una reducción de los costos de financiamiento externo, lo cual fortalecerá la situación fiscal de Chile, generando además, un círculo virtuoso.
Para Víctor Valenzuela, académico de la UNAB: “Probablemente es el acuerdo más importante de las últimas décadas, porque en el fondo nos están sacando la etiqueta de ser un país tercermundista o en vías de desarrollo. Y aunque estemos entrando a la cola, sin dudas nos vamos a ir como uno de los mejores”.
El ministro chileno de Hacienda, Andrés Velasco, decía en un comunicado: “Estando sentados en esta mesa avanzaremos más rápido, avanzaremos mejor, para el beneficio de toda la gente de Chile”. La pertenencia de Chile a la OCDE consolidará el desarrollo económico y será beneficioso para toda la región. Latinoamérica, con Chile, Brasil y Perú, entrará en un círculo virtuoso que deberán aprovechar el resto de las economías latinoamericanas no solamente para consolidar su crecimiento, sino también para dar pasos importantes en su desarrollo económico.
La crisis ha golpeado con fuerza a la economía chilena. Si bien ha resultado demasiado costosa en términos de crecimiento económico y de bienestar social, es también cierto que la crisis fue además una oportunidad para conocer en profundidad las debilidades de la economía chilena. Estará en el nuevo gobierno el transformar en acciones de política económicas, las enseñanzas de la crisis. Las decisiones que se tomen pueden potenciar o atenuar todo lo bueno de este nuevo período que inicia para Chile.
Está claro que el cambio de gobierno y el ingreso de Chile a la OCDE son elementos que impactarán en el rendimiento de las inversiones chilenas. El comprender cómo hechos de este tipo influyen sobre las inversiones a través de su incidencia en el contexto económico, es de gran valor para poder sacar su mayor provecho.
Nos encontraremos nuevamente el próximo lunes,
Horacio Pozzo