Arantxa Iñiguez
Fráncfort (Alemania), 9 nov (EFE).- Los bancos centrales de los
países más industrializados del mundo (G-10) confirman un
crecimiento global y consideran necesaria una "salida gradual, en el
momento adecuado" de las medidas especiales introducidas para hacer
frente a la crisis económica y financiera.
Así lo dijo el presidente del Banco Central Europeo (BCE) y
portavoz del G-10, Jean-Claude Trichet, tras una reunión en la
ciudad suiza de Basilea, donde se encuentra la sede el Banco de
Pagos Internacionales (BPI).
Trichet añadió que los bancos centrales del G-10 han visto una
mejora en los mercados y que no llevaron a cabo una discusión
especial sobre los tipos de cambio.
El presidente del BCE hizo hincapié en que gracias a las medidas
extraordinarias que aplicaron los bancos centrales y los gobiernos
lograron "estabilizar la situación" y "evitar una depresión".
Desde el inicio de la crisis financiera, en agosto de 2007, los
bancos centrales han introducido liquidez extraordinaria en los
diferentes mercados de dinero para evitar una escasez de liquidez.
A su vez, las entidades monetarias han bajado los tipos de
interés de forma radical con el fin de impulsar el crecimiento
económico.
Todavía hay algunos asuntos a los que las autoridades monetarias
deben prestar atención, como el desempleo, debido a su repercusión
en la confianza, y los desequilibrios fiscales, por sus efectos en
la confianza y en los mercados financieros, según Trichet.
Los bancos centrales del G-10 están convencidos de que "en las
circunstancias presentes permanecen los riesgos, aunque estén
equilibrados".
Bajo los auspicios del BPI, los bancos centrales del G-10 y de
algunas economías emergentes se reúnen bimestralmente para analizar
la economía global.
Trichet recordó que la crisis económica y financiera se ha
prolongado ya más de dos años y que en la primera etapa se
produjeron turbulencias en los países industrializados, mientras que
se observó resistencia en el mundo emergente.
A partir de mediados de septiembre de 2008, con la quiebra de
Lehman Brothers y la intensificación de la crisis, "observamos que
todas las economías estaban seriamente afectadas, las
industrializadas y las emergentes", según Trichet.
"Ahora experimentamos una estabilización y una recuperación
gradual a un nivel global", afirmó Trichet.
Aseguró que "está claro que el mundo emergente va a un nivel de
rapidez más importante que la media de las economías
industrializadas".
"El potencial de crecimiento del mundo emergente está ahí y es
visible", dijo el presidente del BCE.
Trichet explicó que los bancos centrales del G-10 confirmaron el
éxito de las medidas adoptadas y que se ha producido "un crecimiento
a un nivel mayor de lo previsto", si bien no discutieron sobre los
tipos de interés a un nivel global porque cada país está en una
situación diferente.
El Banco de Inglaterra mantuvo la semana pasada los tipos de
interés en el mínimo histórico del 0,5 por ciento y el BCE en el 1
por ciento.
Australia se convirtió a comienzos de octubre en la primera gran
economía occidental en elevar los tipos de interés desde el azote de
la crisis económica mundial, al aumentar el precio del dinero un
cuarto de punto hasta el 3,25 por ciento.
El Banco Central de Noruega siguió los pasos a finales de octubre
al incrementar su tasa en un cuarto de punto hasta el 1,50 por
ciento. En EEUU las tasas se sitúan entre el 0 y el 0,25 por ciento
y en Japón en el 0,1 por ciento.
Los países miembros del G-10, grupo que está integrado en
realidad por once países y concentra el 85 por ciento de la economía
mundial, son Alemania, Bélgica, Canadá, EEUU, Francia, Italia,
Japón, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza, este último se
unió en 1984. EFE