Mar Gonzalo
Nueva York, 16 sep (EFE).- Wall Street logró hoy dar continuidad
a las subidas que ha registrado casi de forma generalizada desde que
comenzó septiembre, aunque no exento de unas dificultades que lo
mantuvieron en territorio negativo durante buena parte del día.
Así, el Dow Jones, el principal indicador del mercado
neoyorquino, únicamente subió hoy el 0,21% (para quedar en 10.594,83
puntos), mientras que el índice compuesto del Nasdaq avanzó el
0,08%.
El S&P 500 ni siquiera logró cruzar a tiempo la frontera de las
ganancias y a la hora del cierre registraba un descenso de tan sólo
el 0,04%.
Con estos raspados avances, que se lograron únicamente en el
tramo final de la sesión, Wall Street puede presumir de haber subido
todos los días desde que comenzó septiembre, con las únicas
excepciones de los dos martes que han transcurrido de este mes.
El martes 7, el Dow Jones bajó un 1,39%, cuando resurgió
momentáneamente la preocupación por el sistema bancario europeo, y
el 14 descendió un mínimo 0,17%, que casi podría incluirse en el
plano de lo anecdótico.
Sin embargo, las dificultades con las que se encontró hoy Wall
Street para alcanzar el terreno positivo eran sorprendentemente
potentes, si se tiene en cuenta que poco antes de la apertura se
difundieron unos datos sobre peticiones de ayuda al desempleo en
Estado Unidos que fueron mucho mejores de lo esperado.
Aunque la mayoría de los analistas había calculado que el número
de solicitudes presentas habría subido la semana pasada a 459.000,
el Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó hoy que esas
peticiones se redujeron en 3.000, para situarse en 450.000, el nivel
más bajo en dos meses.
En otras ocasiones un dato así habría empujado al alza con fuerza
al mercado, pero los inversores decidieron no dejarse llevar por el
optimismo y prestar una mayor atención a otros datos macroeconómicos
no tan favorables que también se difundieron este jueves.
Así, tuvieron en cuenta la cifra del déficit por cuenta corriente
que se dio a conocer hoy y que reflejó una subida del 11,4%, hasta
alcanzar los 123.300 millones de dólares en el segundo trimestre de
este año.
Esa cifra equivale al 3,4% del producto interior bruto (PIB), el
porcentaje más elevado desde el cuarto trimestre de 2008.
Además, se supo que el índice de precios de productor (IPP) de
Estados Unidos aumentó un 0,4% en agosto, lo que supone el segundo
mes consecutivo de incrementos.
Sin embargo, lo que más parecía preocupar a los inversores era un
posible incremento de la tensión entre Estados Unidos y China con
relación a la política cambiaria del país asiático.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner,
reclamó hoy una apreciación "significativa y sostenida" de la moneda
china durante una comparecencia en el Congreso, donde los
legisladores acusaron al Gobierno de no actuar firmemente frente a
Pekín.
"China necesita una apreciación significativa y sostenida en el
tiempo que corrija la devaluación (de su moneda) y permita que la
tasa cambiaria refleje plenamente las fuerzas del mercado", declaró
Geithner.
Estas declaraciones tienen lugar un día después de que Japón
interviniera en el mercado cambiario por primera vez desde 2004 para
frenar la subida del yen frente al dólar, que lo llegó a situar en
su nivel más alto en quince años.
A esta hora el dólar se cambiaba a 1,3079 euros, frente a los
1,3012 del día anterior, al tiempo que un yen se negociaba a 85,83
dólares, frente a los 85,59 del miércoles.
Prueba de la cautela que mostraban hoy los inversores era su
apuesta un día más por el oro, la inversión refugio por antonomasia.
Sus contratos de futuros más negociados hoy en la Bolsa Mercantil
de Nueva York terminaron a 1.273,6 dólares por onza, lo que supone
la cotización más alta jamás alcanzada por este metal precioso al
final de una jornada bursátil.
En Londres, la onza de oro también subió hasta alcanzar un nuevo
récord histórico, ya que cerró a 1.272,5 dólares, debido igualmente
al interés de los inversores en buscar refugio ante la posible caída
que se podría producir en el mercado de valores si se intuyen nuevos
signos de que la economía estadounidense no se recupera al ritmo al
que se preveía. EFE