Toulouse (Francia), 26 feb (EFE).- El presidente de Airbus, Tom Enders, reconoció hoy que su nuevo avión A350, que debe empezar a operar a finales de año, podría necesitar el establecimiento de nuevas provisiones, además de los 434 millones de euros incorporados en las cuentas de 2013 por modificaciones de diseño y retrasos.
"No podemos garantizar que no vaya a haber más costos no recurrentes" por el A350, señaló en la conferencia de prensa de presentación de los resultados de Airbus Enders, quien sin embargo aseguró que "el programa está muy bien controlado" y se mostró esperanzado con los ajustes hechos en los últimos meses.
Insistió en que se mantiene planificada para finales de este año la entrega de la primera unidad de esta aeronave novedosa -que entre otras cosas incorpora materiales compuestos- para la compañía Qatar Airways.
Sobre las razones de la carga no recurrente de 434 millones de euros contabilizada en el cuarto trimestre de 2013, el responsable financiero de la compañía, Harald Wilhelm, comentó que "es normal en esta fase del programa" porque "tienen que modificarse algunas cosas en el diseño durante la (actual) fase de pruebas" para que así se incorporen ya en las primeras unidades que entren en servicio.
Wilhem, que no precisó cuáles han sido los cambios en el diseño inducidos por la puesta a punto del A350, también aludió a retrasos en el proceso de producción, y en concreto con uno de sus proveedores, Aerotech, aunque a continuación indicó que "no se trata de echar la culpa a nadie".
"Vamos a seguir concentrados en entregar una aeronave madura que se ajuste a nuestras promesas", insistió Enders, quien hizo hincapié en que ya sabían que el del A350 "es un programa complicado".
Por otro lado, Airbus estableció una carga de 292 millones de euros el pasado año a cuenta de la reestructuración en su nueva división de defensa y del espacio, que se encuentra ahora en fase de negociación y consulta con las instancias representativas del personal.
El presidente del grupo europeo justificó esos ajustes, que se traducirán en la supresión de 5.800 empleos en la recién bautizada Airbus Defence & Space, por los recortes en los presupuestos militares en Europa en los últimos años.
Unos recortes -señaló- que se traducen ahora mismo en renegociaciones de contratos y anulaciones de pedidos, y que fuerzan a la compañía a volcarse a la exportación en el mercado internacional de sus productos de defensa y espaciales, como ya lo hace la división de aviones comerciales.
"Tenemos que ajustar las capacidades y al mismo tiempo hacernos más competitivos en el mercado internacional", lo que supone también "adaptar nuestros productos a la demanda internacional", argumentó.