Bruselas, 5 nov (EFE).- España está entre los países donde más ha caído la percepción subjetiva del bienestar durante la crisis, un 12 % entre 2007 y 2012, según un informe presentado hoy en Bruselas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
"La precaria situación del empleo tiene un impacto importante en la satisfacción con respecto a la propia vida", dice el documento, que señala que el porcentaje de españoles que se declararon satisfechos con su situación pasó del 67 % en 2007 al 51 % en 2012, una de las tasas más bajas de la OCDE.
La situación es similar en otros países también afectados por la crisis, como Grecia e Italia, donde la sensación de bienestar cayó un 20 y 10 por ciento, respectivamente.
En términos generales, Australia, Canadá, Dinamarca, Noruega, Suecia, Suiza y Estados Unidos son los países de la OCDE con mejores índices de bienestar.
Chile, Estonia, Grecia, Hungría, México, Portugal y Turquía figuran en los últimos puestos de la mayor parte de los once parámetros y 22 indicadores para la medida del bienestar utilizados por la organización con sede en París.
Para elaborar ese índice se han valorado once dimensiones: ingresos y riqueza, empleo, vivienda, salud, compaginación de vida laboral y privada, educación, relaciones sociales, actividad cívica y gobernanza institucional, calidad medioambiental, seguridad personal, y percepción subjetiva del bienestar.
De entre estas, España, se sitúa por encima de la media de la OCDE en la compaginación de la vida privada y laboral, en salud, vivienda y relaciones sociales.
Está por debajo en percepción subjetiva del bienestar, actividad cívica, calidad medioambiental, educación y, sobre todo, empleo e ingresos.
El informe pone de manifiesto que "los hogares medios españoles se han visto severamente afectados por la crisis", ya que entre 2007 y 2011 la renta disponible de las economías domésticas cayó en torno al 5 %, uno de los mayores descensos dentro de la Organización.
El mayor impacto sobre el bienestar se debió al paro y el deterioro de las condiciones de trabajo, ya que la tasa de empleo bajó en más del 10 % y el desempleo de larga duración se incrementó en el 9 %.
Además, el 25 % de los españoles declaró que el ambiente en su lugar de trabajo era precario, ligeramente por encima de la media de la OCDE.
Por otro lado, el estudio señala que la confianza de los españoles en las instituciones cayó del 48 al 34 % entre 2007 y 2012, por debajo del promedio de la organización (40 %).
No obstante, revela que han aparecido nuevas formas de solidaridad para afrontar la crisis, ya que el número de personas que ayudaron a otros o hicieron voluntariado en ese mismo periodo de tiempo aumentó el 4% y el 2 %, respectivamente.
Las tendencias registradas en España están en consonancia con las del resto de países estudiados (los 34 de miembros de la OCDE más Rusia y Brasil) y especialmente con los de la zona del euro.
El informe pone de manifiesto que la crisis afectó más allá de una reducción del volumen de ingresos y se tradujo en pérdida y deterioro del empleo, así como en un descenso de la percepción de bienestar y de la confianza en las instituciones, especialmente en los gobiernos.
Sus autores inciden también en las diferencias entre hombres y mujeres, que se han reducido en los últimos 20 años, pero aún existen.
Entre los países de la OCDE los hombres ganan de media el 16 % más que las mujeres y ostentan el 46 % más de representación en los parlamentos, si bien ellas tienen una esperanza de vida superior, de 83 frente a 77 años y más nivel de estudios, pues ellas son el 58 % de tituladas universitarias y ellos el 42 %. EFE
"La precaria situación del empleo tiene un impacto importante en la satisfacción con respecto a la propia vida", dice el documento, que señala que el porcentaje de españoles que se declararon satisfechos con su situación pasó del 67 % en 2007 al 51 % en 2012, una de las tasas más bajas de la OCDE.
La situación es similar en otros países también afectados por la crisis, como Grecia e Italia, donde la sensación de bienestar cayó un 20 y 10 por ciento, respectivamente.
En términos generales, Australia, Canadá, Dinamarca, Noruega, Suecia, Suiza y Estados Unidos son los países de la OCDE con mejores índices de bienestar.
Chile, Estonia, Grecia, Hungría, México, Portugal y Turquía figuran en los últimos puestos de la mayor parte de los once parámetros y 22 indicadores para la medida del bienestar utilizados por la organización con sede en París.
Para elaborar ese índice se han valorado once dimensiones: ingresos y riqueza, empleo, vivienda, salud, compaginación de vida laboral y privada, educación, relaciones sociales, actividad cívica y gobernanza institucional, calidad medioambiental, seguridad personal, y percepción subjetiva del bienestar.
De entre estas, España, se sitúa por encima de la media de la OCDE en la compaginación de la vida privada y laboral, en salud, vivienda y relaciones sociales.
Está por debajo en percepción subjetiva del bienestar, actividad cívica, calidad medioambiental, educación y, sobre todo, empleo e ingresos.
El informe pone de manifiesto que "los hogares medios españoles se han visto severamente afectados por la crisis", ya que entre 2007 y 2011 la renta disponible de las economías domésticas cayó en torno al 5 %, uno de los mayores descensos dentro de la Organización.
El mayor impacto sobre el bienestar se debió al paro y el deterioro de las condiciones de trabajo, ya que la tasa de empleo bajó en más del 10 % y el desempleo de larga duración se incrementó en el 9 %.
Además, el 25 % de los españoles declaró que el ambiente en su lugar de trabajo era precario, ligeramente por encima de la media de la OCDE.
Por otro lado, el estudio señala que la confianza de los españoles en las instituciones cayó del 48 al 34 % entre 2007 y 2012, por debajo del promedio de la organización (40 %).
No obstante, revela que han aparecido nuevas formas de solidaridad para afrontar la crisis, ya que el número de personas que ayudaron a otros o hicieron voluntariado en ese mismo periodo de tiempo aumentó el 4% y el 2 %, respectivamente.
Las tendencias registradas en España están en consonancia con las del resto de países estudiados (los 34 de miembros de la OCDE más Rusia y Brasil) y especialmente con los de la zona del euro.
El informe pone de manifiesto que la crisis afectó más allá de una reducción del volumen de ingresos y se tradujo en pérdida y deterioro del empleo, así como en un descenso de la percepción de bienestar y de la confianza en las instituciones, especialmente en los gobiernos.
Sus autores inciden también en las diferencias entre hombres y mujeres, que se han reducido en los últimos 20 años, pero aún existen.
Entre los países de la OCDE los hombres ganan de media el 16 % más que las mujeres y ostentan el 46 % más de representación en los parlamentos, si bien ellas tienen una esperanza de vida superior, de 83 frente a 77 años y más nivel de estudios, pues ellas son el 58 % de tituladas universitarias y ellos el 42 %. EFE