Diego Agúndez
Nueva Delhi, 16 mar (EFE).- El Gobierno indio presentó hoy ante el Parlamento los Presupuestos del país para el año 2012-2013, que incluyen subidas de impuestos y propuestas de recortes de subsidios para controlar el déficit fiscal, previsto en un 5,1 %.
"En la India, la vida de un ministro de Finanzas no es fácil. Necesitamos administrar una medicina dolorosa a corto plazo que será buena a largo", dijo el ministro del ramo, Pranab Mukherjee, durante una pormenorizada intervención en la Cámara baja del Parlamento.
"Me siento como cuando Hamlet dijo aquello de 'tengo que ser cruel para ser bueno", añadió, entre risas de los diputados.
El Gobierno indio había fijado un objetivo de déficit del 4,6 % para el año fiscal 2011-2012, pero hoy Mukherjee asumió en su discurso que será del 5,9 %, y fijó su objetivo para el ejercicio entrante en el 5,1 %, frente al 3,5 % previsto inicialmente.
La India está atravesando un año fiscal marcado por la desaceleración económica, debido al pobre rendimiento de las manufacturas y a la debilidad de los mercados occidentales.
El crecimiento previsto para este año en el país asiático es del 6,9 %, 1,5 puntos menos que los dos anteriores, pero el Gobierno espera que el aumento sea del 7,6 % en el año entrante.
"Pensamos que la economía está repuntando. Hay señales de recuperación en el sector del carbón, fertilizante, cemento y electricidad", afirmó Mukherjee durante su comparecencia.
Para tapar el agujero del déficit, sin embargo, Mukherjee se vio obligado a anunciar una subida general de 2 puntos -hasta el 12 %- en los impuestos de servicio y de consumo, así como aumentos en los aranceles sobre los coches de lujo, las bicicletas o el oro.
Además, añadió el ministro, el Gobierno va a limitar los masivos subsidios públicos de combustible y fertilizantes hasta un máximo del 2 % del PIB del país para el año próximo, con vistas a situarlo en un máximo del 1,75 % de aquí a tres años.
"Cuando llegue el momento, tendremos que coger el toro por los cuernos para controlar los subsidios", manifestó en declaraciones a la televisión nacional el primer ministro indio, Manmohan Singh, tras la publicación de los presupuestos.
De la criba se salvará sin embargo el subsidio relativo a la seguridad alimentaria, un nuevo programa en el que ha insistido la líder del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, y que queda "completamente garantizado" para el año entrante.
Los demás subsidios, sin embargo, quedan a expensas de lo que la "economía pueda sostener", según Mukherjee.
"Unos subsidios enormes en combustible y fertilizante no son razonables si comprometen los fundamentos de la economía", aseveró el ministro.
Los presupuestos del año buscan, aseguró, crear crecimiento, fomentar la inversión, mejorar las infraestructuras, resolver el problema del dinero negro e "intervenir de forma decisiva para acabar con el problema de la malnutrición.
Como parte de sus políticas sociales, el Gobierno ha prometido subidas en las partidas de créditos para los campesinos, integración para las castas bajas, intervenciones en agua potable y sanidad y un aumento del 21,7 % en el programa Derecho a la Educación.
Y para combatir la malnutrición infantil, Pranab Mukherjee se refirió a un plan de atención integrada al que su Ministerio dedicará 31.600 millones de dólares, lo que supone un aumento del 58 % respecto al año anterior.
Sin embargo, por encima de los problemas sociales del país, la atención de los analistas y opinadores indios se centró en las parte relativa a la subida de impuesto de servicios y su efecto sobre la inflación, caballo de batalla del Gobierno en los últimos meses.
La inflación se situó el pasado mes de febrero en un 6,95 %, aunque previamente había pasado doce meses por encima del 9 %, y hoy Mukherjee expresó su confianza en que la situación mejorará para el año fiscal entrante.
El Gobierno indio está afrontando una legislatura marcada por las constantes acusaciones de corrupción e inestabilidad en la coalición que lo compone, y ha tenido que dar marcha atrás a algunas de las medidas de reforma, como la apertura de la distribución minorista.
Hoy, la oposición calificó los nuevos presupuestos como "confusos" y un "trauma contra los pobres", y destacó que la subida impositiva supondrá una carga añadida sobre los hombres de las clases trabajadoras. EFE