Copenhague, 5 nov (EFE).- El Gobierno sueco autorizó hoy el paso
por la zona económica sueca en aguas internacionales del Mar Báltico
del Gasoducto de Europa del Norte (NEGP), el proyecto del consorcio
alemán Nord Stream para llevar gas de Rusia a Alemania.
El punto de partida para la decisión de las autoridades suecas es
que "todos los estados tienen derecho a colocar gasoductos en aguas
internacionales y en la plataforma continental de los estados
costeros", señaló el Ministerio de Ambiente en un comunicado.
Las autoridades suecas han puesto no obstante "duras exigencias"
para la protección medioambiental, realizando pruebas sobre los
posibles efectos del gasoducto, pidiendo al consorcio alemán varias
investigaciones suplementarias y satisfaciendo los puntos de vista
de las distintas instancias.
"Suecia tiene una larga tradición en cumplimiento del derecho y
las convenciones internacionales y no se va a romper. Puedo
constatar que un sí a la solicitud es la única decisión posible",
señaló el ministro de Medio Ambiente sueco, Andreas Carlgren, quien
añadió que ninguna autoridad sueca central se ha opuesto al
proyecto.
Nord Stream ha ofrecido condiciones y compromisos para asegurar
la navegación, la pesca y el medio ambiente en el Báltico, que sólo
se verá afectado de forma "muy limitada" durante la instalación del
gasoducto, de modo que el proyecto es "compatible con las
obligaciones de Suecia para proteger y conservar el entorno marino".
La aprobación del proyecto presupone que el gasoducto será
colocado de acuerdo con las coordenadas fijadas por el Instituto
Geológico de Suecia y que la empresa ponga en marcha un programa de
control para vigilar las actividades consultando con las autoridades
suecas correspondientes.
Nord Stream deberá cumplir los compromisos incluidos en su
solicitud y los posteriores añadidos, que hacen referencia a
garantías medioambientales o informativas.
El "sí" de Suecia llega tras 23 meses de estudio del proyecto y
dos semanas después del visto bueno de la Dirección General de
Energía de Dinamarca, que fue el primer país en aprobar el paso por
sus aguas del gasoducto de cerca de 1.200 kilómetros que unirá el
Báltico ruso con la ciudad alemana de Greifswald. EFE