Según Kaoru Yosano: “Las exportaciones y la producción se han reducido drásticamente, mientras que las condiciones del empleo se han deteriorado rápidamente. El financiamiento para las empresas también se ha agravado y es correcto decir que Japón está en medio de una crisis financiera”.
Para evitar que la crisis se profundice aún más, Yosano le pidió a los legisladores que aprueben cuanto antes el presupuesto adicional por un monto de US$ 155.000 millones destinados a financiar el paquete de estímulos.
La cifra no es menor ya que representa alrededor del 3% del PBI japonés.
Es que la gravedad de la crisis por la que atraviesa la economía ha hecho que el gabinete revise a la baja las proyecciones de crecimiento para el nuevo año fiscal (que finaliza el 31 de marzo de 2010), las cuales anticipan ahora una contracción del PBI del 3,3%.
Vale recordar que la mayor contracción del PBI sufrida por la economía nipona en el período de posguerra había sido de 1,5% en 1998.