Washington, 26 may (EFE).- British Petroleum (PB), la compañía
que opera la plataforma petrolera que explotó y se hundió el pasado
20 de abril en el Golfo de México, aceptó la ayuda de México y de
Noruega para tratar de detener el derrame de crudo.
EE.UU. ha recibido en total ofertas de 17 países y de
organizaciones internacionales, la Unión Europea, la ONU y la
Organización Marítima Internacional, entre otros organismos, informó
hoy el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
Los países incluyen Canadá, México, Corea del Sur, Croacia,
Francia, Alemania, Irlanda, Japón, Holanda, Noruega, Rumanía, Rusia,
España, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Vietnam.
De todos ellos, de momento BP únicamente ha recurrido a México y
Noruega, que, de acuerdo con Crowley, proporcionan en su mayoría
material técnico y asesoramiento.
"Agradecemos estas ofertas. Obviamente es un desafío,
independientemente del esfuerzo que se está llevando a cabo hoy para
sellar la fuga. La recuperación va a tomar bastante tiempo", señaló
el portavoz en su rueda de prensa diaria.
El Mando Unificado creado para responder al derrame, encabezado
por la Guardia Costera, toma la decisión sobre qué tipo de ayuda y
de qué país puede ser útil para BP en su intento de detener la fuga
y minimizar el impacto de la marea negra, que ya ha llegado a las
costas de Luisiana, explicó Crowley.
BP comenzó hoy la operación para intentar sellar el pozo en el
golfo de México con una inyección de fluidos pesados, aunque tanto
la empresa como la Casa Blanca insistieron en que no hay garantías
totales de éxito.
El procedimiento, conocido como "top kill", empezó después de que
la Guardia Costera estadounidense diera luz verde a la multinacional
británica para comenzar a trabajar.
BP bombeará cemento a 1.500 metros de profundidad tras inyectar
los fluidos pesados en una operación que, según adelantó hoy en un
comunicado, "podría prolongarse durante dos días".
La compañía agregó que "no se puede predecir cuánto tiempo será
necesario para comprobar" el éxito o fracaso del llamado "top kill".
Es la primera vez que una operación de este tipo se lleva a cabo
en aguas tan profundas y BP ha cifrado las posibilidades de éxito
entre el 60 y el 70 por ciento.
El nuevo intento para poner fin al que amenaza con convertirse en
el peor desastre ecológico de la historia estadounidense arranca
tras la publicación de un documento este martes en el que la
petrolera británica reconoce que ignoró señales de alerta antes de
la explosión.
El informe elaborado por dos congresistas demócratas se basa en
las conversaciones privadas el martes entre los legisladores que
investigan el suceso y representantes de BP.
Si la operación de hoy no funciona, la firma intentará nuevos
sistemas de contención y contempla la posibilidad de reemplazar el
mecanismo diseñado para impedir explosiones (BOP) que debería de
haber sellado el pozo pero falló el día del accidente.
La empresa continúa además con la excavación de dos pozos
alternativos para interceptar el petróleo que fluye ahora al mar de
forma definitiva, pero esa operación podría durar tres meses. EFE