Estrasburgo (Francia), 15 dic (EFE).- La Presidencia española de
la UE buscará fortalecer los instrumentos de control de las
políticas económicas de los Estados miembros para garantizar el
éxito de la estrategia comunitaria para el crecimiento y el empleo
entre 2010 y 2020.
Así lo aseguró hoy el secretario de Estado español para la Unión
Europea (UE), Diego López Garrido, que se reunió con los líderes
políticos del Parlamento Europeo para presentar las prioridades de
Madrid en sus seis meses al frente de la Unión.
Entre otras cosas, a partir de enero España tendrá que liderar la
negociación de la llamada estrategia EU2020, que sucederá a la
Estrategia de Lisboa, el plan con el que se intentó modernizar la
economía europea desde 2000 con el objetivo de convertirla en la más
competitiva del mundo.
Según López Garrido, "la estrategia de Lisboa no ha conseguido
sus objetivos", entre otras cosas, por "una insuficiencia de
gobernanza" y de "vigilancia" de las políticas económicas nacionales
por parte de las instituciones europeas.
En su opinión, la nueva estrategia se tiene que diferenciar ahí
"claramente" de la anterior e introducir una "mayor exigencia",
probablemente con elementos vinculantes para los países dictados
desde Bruselas.
"Lisboa quedaba a la voluntad de los estados", recordó López
Garrido, que insistió en que la dirección de las acciones desde la
escala comunitaria será "el elemento políticamente más relevante" de
la nueva estrategia.
El líder del grupo Liberal en el Parlamento Europeo, Guy
Verhofstadt, reclamó hoy "instrumentos jurídicamente vinculantes"
para el nuevo programa de crecimiento, con sanciones importantes
pero realizables para los países que incumplan las directrices.
El secretario de Estado español explicó además que el Gobierno
desea poner un mayor énfasis dentro de la nueva estrategia en los
asuntos educativos, tecnológicos y en el impulso de un modelo bajo
en emisiones contaminantes.
Además, subrayó que se buscará impulsar un empleo estable y de
calidad y que en la estrategia EU2020 se enmarcarán todas las
políticas de salida de la crisis económica.
Fuera del apartado económico, entre las grandes prioridades de la
presidencia española de la UE estarán las de impulsar los derechos
ciudadanos, reforzar la política común exterior de la Unión y poner
en marcha todas las novedades institucionales que introduce el nuevo
Tratado de Lisboa, en vigor desde el 1 de diciembre.
En este sentido, López Garrido destacó la cooperación entre el
presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el
presidente estable de la UE, Herman Van Rompuy.
Según el secretario de Estado, España dará todo el protagonismo
posible a la nueva figura de presidente del Consejo, aunque la
española será una Presidencia de transición, en la que el Gobierno
aún tendrá mucha influencia en la preparación de algunos asuntos,
como las cumbres con América Latina o Estados Unidos.
Además, explicó que tanto Zapatero como Van Rompuy comparecerán
durante esos seis meses ante el Parlamento Europeo, aunque aclaró
que será el ex primer ministro belga el que dé cuenta a los
eurodiputados de los resultados de las reuniones del Consejo
Europeo, en calidad de presidente del mismo.
Por tanto, mañana el sueco Fredrik Reinfeldt será el último
presidente de turno que se presente ante el PE para explicar lo
decidido en una cumbre comunitaria. EFE