Joaquim Utset
Naciones Unidas, 21 sep (EFE).- Francia y España mantuvieron hoy
en Naciones Unidas la presión política a favor de la propuesta de
gravar las transacciones financieras internacionales para luchar
contra la pobreza y el hambre.
Ambos países reiteraron su compromiso con este mecanismo
innovador de financiación en un acto celebrado en la segunda jornada
de la cumbre en la sede la ONU para revisar los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM).
"No se crean que son simples ilusiones, porque lo vamos a
conseguir", afirmó el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel
Moratinos, en su intervención en el encuentro, que estuvo presidido
por su homólogo francés, Bernard Kouchner.
Al mismo también asistieron el responsable de Exteriores de
Japón, Seiji Maehara, así como el ministro de Cooperación belga,
Charles Michel, y responsables de agencias y programas de Naciones
Unidas.
El acto de hoy tenía como fin darle seguimiento a la defensa de
la tasa a las transacciones financieras que hicieron el presidente
francés, Nicolas Sarkozy, y del Gobierno español, José Luis
Rodríguez Zapatero, en sus respectivas intervenciones en la apertura
de la cumbre el lunes.
Moratinos señaló en la reunión de este martes que los ajustes
presupuestarios provocados por el aumento de los déficit públicos
hacen inevitable que se busquen nuevas fuentes de financiación de la
ayuda al desarrollo si se quieren cumplir los ODM dentro del plazo
de 2015.
"Necesitamos nuevos recursos, porque de las arcas nacionales ya
no se puede sacar más dinero, y se necesitan para lograr los
Objetivos del Milenio", explicó el jefe de la diplomacia española.
Asimismo, se mostró muy crítico con "los murmullos" de rechazo en
el sector financiero y la banca que surgieron tras las
intervenciones de Sarkozy y Rodríguez Zapatero.
Moratinos recordó que los gobiernos respaldaron a las
instituciones financieras con dinero público durante la crisis
financiera de 2008, y que esas ayudas explican en parte el déficit
público que afrontan ahora numerosos países.
"¡Están locos, cómo que no podemos seguir adelante con este
impuesto para garantizar el futuro!", exclamó el ministro, quien
dijo que se pide a los bancos "una pequeña tasa para la estabilidad
y la paz en el mundo".
Al acto del martes en la sede de la ONU asistieron representantes
de casi todos los 60 países que respaldan la búsqueda de fuentes
innovadoras de financiación, que en la actualidad preside Japón, y
al que España se ha ofrecido a relevar el año que viene.
Por su parte, Kouchner señaló en su intervención que la propuesta
defendida por este grupo de países equivale a gravar con cinco
centavos de dólar una transacción internacional de mil dólares.
"Es un cálculo racional y pragmático: financiar ahora las
necesidades o pagar mañana el precio de no hacer nada", indicó el
ministro de Exteriores francés.
Francia, que presidirá el G-20 a partir de noviembre y el G-8 a
partir de enero, se ha propuesto colocar la tasa en el tope de la
agenda global pese a la oposición de países como EE.UU.
Según los promotores de la propuesta, este nuevo impuesto a los
3,6 billones de dólares que se mueven diariamente por los canales
financieros globales generaría unos 30.000 millones de dólares
anuales para combatir la pobreza y la miseria.
Los países donantes destinaron el año pasado a la asistencia al
desarrollo cerca de 120.000 millones de dólares, que pese a ser una
cifra récord se queda por debajo de sus compromisos y es
insuficiente para alcanzar a tiempo los ODM. EFE