Bruselas, 23 jul (EFE).- La Unión Europea prevé aprobar el lunes
próximo, día 26, nuevas y más duras sanciones contra Irán, en
sectores clave como la energía, el transporte y las finanzas, por
persistir en su programa nuclear de enriquecimiento de uranio.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE aplicarán, por un
lado, las medidas contenidas en la última resolución de la ONU que
impuso a principios de junio la cuarta ronda de sanciones contra
Irán y, por otro, adoptarán una batería de medidas de acompañamiento
que van más allá de lo acordado por el Consejo de Seguridad.
Fuentes diplomáticas y comunitarias anunciaron hoy que las nuevas
sanciones afectarán al estratégico sector del gas y el petróleo, así
como al comercio, los servicios financieros y el transporte.
Además, se ampliará la lista de personalidades del régimen y
empresarios iraníes cuyos activos financieros en la UE han de ser
congelados.
Entre las sanciones que serán aprobadas el lunes figura la
prohibición de aterrizar en los aeropuertos de la Unión para los
aviones de cargo de bandera iraní.
Asimismo, se prohibirá la exportación de equipamiento que pueda
ser utilizado para extraer o refinar petróleo, o para producir gas
licuado.
También se cerrará el grifo a las exportaciones a Irán de
tecnologías y materiales químicos o biológicos, con la sola
excepción de los que tengan fines humanitarios o médicos.
En el sector bancario se prohibirán totalmente las nuevas
inversiones o aperturas de filiales, si bien se respetarán los
contratos ya existentes.
Se restringirán los créditos, garantías, seguros y otros
servicios de apoyo financiero de entidades de la UE para los
clientes iraníes.
Todas las transferencias de más de 40.000 euros con destino a ese
país deberán recibir el permiso de las autoridades bancarias
nacionales; las de entre 10.000 y 40.000 euros tendrán que ser
notificadas.
Estas restricciones son la concreción de la decisión tomada el
pasado 17 de junio por los jefes de estado o gobierno europeos de
imponer a Irán sanciones más estrictas que las decididas por la ONU.
El propósito, según fuentes diplomáticas, es dar "una respuesta
clara" a las actividades de enriquecimiento de uranio de Teherán,
que la comunidad internacional sospecha van dirigidas al desarrollo
de la bomba atómica.
No obstante, la UE no ha renunciado a seguir negociando con el
régimen islámico a fin de lograr un acuerdo para que ese programa
nuclear se ciña a los requerimientos del Organismo Internacional de
la Energía Atómica (OIEA). EFE