Washington, 8 jun (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, dijo hoy no estar satisfecho con el ritmo de recuperación
económica en el país, a pesar de que la destrucción de empleos se ha
ralentizado y afirmó que queda mucho por hacer.
"No estoy satisfecho, tenemos más trabajo que hacer", afirmó el
inquilino de la Casa Blanca antes de reunirse con su equipo
económico para analizar las fórmulas a seguir para ayudar a EE.UU. a
salir de la actual crisis.
Reconoció que el país está todavía en el centro de una "recesión
muy profunda" y alertó que llevará una cantidad "considerable" de
tiempo el salir del pozo económico.
Entre las medidas que se pondrán en marcha de inmediato, según
anunció hoy Obama, figura la aceleración de 10 grandes proyectos
financiados con fondos del paquete de estímulo económico por valor
de 787.000 millones de dólares aprobado en febrero por el Congreso.
La Casa Blanca señaló, en ese sentido, que impulsará la concesión
de nuevos servicios en centros de salud de todo el país, el trabajo
en 107 parques nacionales, las mejoras en 98 aeropuertos, autopistas
e instalaciones médicas de veteranos de guerra.
El Gobierno de Obama planea también crear 125.000 puestos de
trabajo temporales para los meses de verano para los jóvenes del
país y poner en marcha 200 centros de tratamientos de agua y
residuos en localidades rurales.
El Gobierno prevé que esas y otras medidas ayuden a crear o
salvar 600.000 puestos de trabajo durante los próximos cien días,
cuatro veces más que lo que se logró en los primeros cien días de
Obama en el Gobierno.
El presidente estadounidense subrayó que su "mayor preocupación"
es que la destrucción de puestos de trabajo alimente un círculo
vicioso que provoque una caída adicional del consumo y más
desempleo.
Para impedir que ese escenario se haga realidad, Obama cree
necesario acelerar el ritmo de la recuperación y apostar por un
modelo que se traduzca en crecimiento y prosperidad a largo plazo.
Insistió en que el principal síntoma de la recuperación no será
el repunte de los mercados bursátiles, sino la mejora en el nivel de
vida de los estadounidenses.
Subrayó, en ese sentido, que el "objetivo final" de su
Administración es lograr que las familias puedan pagar sus facturas
y sus hipotecas y que los pequeños negocios puedan hacer frente a
las nóminas y volver a crecer.
Pese a la auto-crítica, explicó que el nuevo Gobierno ha hecho
grandes esfuerzos para alentar la resurrección económica y destacó
que el país está ahora en posición de realmente experimentar un gran
acelerón. EFE