Natalia Kidd
Buenos Aires, 24 jun (EFE).- Argentina dio hoy por superado el
mayor cese de pagos de la historia al anunciar una adhesión del 66
por ciento a un nuevo canje de bonos en mora desde 2001, un nivel de
aprobación que acota el margen de acción de los fondos de inversión
especulativos.
Los denominados "fondos buitres" le volvieron a decir "no" a la
refinanciación de la deuda argentina y prometen seguir acechando al
país suramericano por la vía judicial, aunque ahora quedaron
virtualmente aislados frente a la mayoritaria adhesión de acreedores
privados a las refinanciaciones que hizo Argentina.
El nivel de aceptación a la nueva oferta de canje es contundente
y superó el objetivo mínimo del 60 por ciento que se fijó el
Gobierno de Cristina Fernández para reestructurar bonos en mora por
18.300 millones de dólares.
Se trata de deudas en manos de acreedores privados,
institucionales y minoristas que habían rechazado un canje
concretado en 2005, por el que se reestructuraron bonos impagos por
81.800 millones de dólares, con una rebaja del 65,4 por ciento.
Si se consideran ambos canjes, Argentina logró un nivel de
adhesión global del 92,4 por ciento con una rebaja del 65 por ciento
en promedio para refinanciar una deuda que inicialmente era de unos
102.000 millones de dólares, entre capital e intereses.
Para el Gobierno argentino, ese grado de aceptación a la
refinanciación deja sin argumentos a los fondos de inversión y
acreedores minoristas que han optado por la vía legal para intentar
cobrar el ciento por ciento de sus tenencias.
Los "fondos buitres" han optado mayoritariamente por litigar
contra el Estado argentino en cortes de Estados Unidos.
Allí, el juez neoyorquino Thomas Griesa se ha ganado fama cada
vez que fondos especulativos, como los aguerridos Elliot y Dart,
lograron convencerle de embargar preventivamente cuentas y otros
bienes argentinos.
Los abogados de Argentina han logrado hasta ahora desmontar esos
embargos, mientras que el nuevo canciller, Héctor Timerman, que
asumió ayer el cargo, buscó combatir desde la embajada argentina en
Washington el fuerte cabildeo ("lobby") de los "fondos buitres" en
la prensa y el mundillo político estadounidense.
El otro núcleo de resistencia a la reestructuración de la deuda
argentina lo han conformado inversores individuales italianos,
capitaneados por Nicola Stock, de la Task Force Argentina, colectivo
creado en 2002, tras el millonario cese de pagos de Argentina, el
mayor de la historia moderna.
Las principales demandas contra el Estado argentino interpuestas
por inversores italianos han sido radicadas ante el Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
(CIADI), que depende del Banco Mundial.
Allí se han planteado tres demandas, pero la más voluminosa
corresponde a 195.000 italianos, quienes habían reclamado un
resarcimiento por el cese de pagos de unos 4.300 millones de
dólares.
Pero el ministro argentino de Economía, Amado Boudou, quien
anunció hoy el resultado de este segundo canje de bonos, apuntó que
el 75 por ciento de los acreedores italianos aceptó esta
refinanciación.
La segunda demanda, también hecha por italianos, reclama el pago
de capital e intereses de bonos impagos por 14,2 millones de euros y
1,1 millones de dólares, mientras que en la restante causa el
reclamo es por 6,5 millones de euros. EFE