Sao Paulo, 10 ago (EFE).- Miembros del Movimiento Sin Tierra
(MST), la organización campesina más importante de Brasil, llegaron
hoy a Brasilia y al centro de Sao Paulo, tras cinco días de marcha,
para exigir al Gobierno que impulse la reforma agraria.
Según el MST, en Brasilia han acampado 3.000 miembros de la
organización, mientras que a Sao Paulo han llegado otros 1.800, con
el objetivo de "presionar para que la reforma agraria salga del
papel", explicó a Efe en la capital paulista la dirigente Kelly
Manforte.
Además de Brasilia y Sao Paulo, en otras 21 capitales brasileñas
se han movilizado miembros de la organización que en los próximos
días prevén hacer "ocupaciones de tierras y de predios públicos",
indicó Manforte.
El MST, que lucha desde hace 25 años por la reforma agraria,
exige al presidente Luiz Inácio Lula da Silva que reparta tierras a
las 90.000 familias que la organización tiene acampadas al borde de
carreteras por todo el país.
"Estamos montando a partir de hoy un campamento en Brasilia con
3.000 Sin Tierra que no tiene fecha definida para terminar: hasta
que el presidente Lula atienda nuestras reivindicaciones", dijo
Manforte.
La dirigente campesina agregó que su organización considera que
"solamente a través de la presión se conseguirá alcanzar la reforma
agraria".
"El MST cuenta con 25 años de luchas y todas nuestras conquistas
son fruto de esas luchas y es por eso entonces que venimos aquí a
reivindicar del Gobierno (...) el avance en la reforma agraria",
sostuvo.
"En la marcha de Sao Paulo, tuvimos la fatalidad de que en el
primer día murió atropellada una compañera que llevaba ocho años
acampada a la espera de recibir un pedazo de tierra. Murió en lucha
e infelizmente sin tener tierra", relató.
Además, el MST demanda que se eleve el presupuesto de los
programas sociales de la reforma agraria y que se actualicen los
índices de productividad del campo destinados a decretar
expropiaciones de latifundios improductivos, que datan de 1975.
El Ministerio de Agricultura y las patronales agrícolas
consideran que ya no quedan fincas improductivas en el país, en
tanto que el MST argumenta que los índices están desfasados.
El Gobierno dice haber asentado a casi 450.000 familias desde
2003, cuando Lula asumió la presidencia, pero el Movimiento Sin
Tierra dice que dos tercios de esas familias no han recibido nuevas
parcelas en ese período sino que les han entregado los documentos de
propiedad para regularizar ocupaciones ocurridas en años anteriores.
EFE
az/joc/pa
(Con fotografías y vídeo)