Bruselas, 26 feb (EFE).- Las negociaciones para un tratado de
libre comercio (TLC) entre la Unión Europea (UE) y Colombia y Perú
pueden concluir mañana sábado, indicaron a Efe fuentes cercanas a
las conversaciones.
"Hay una buena posibilidad de acabar mañana", enfatizaron.
Los negociadores comerciales europeos y andinos se reúnen en
Bruselas desde el pasado lunes en la que confían sea la última ronda
de trabajo para cerrar los aspectos técnicos del acuerdo.
Estaba previsto que las reuniones concluyesen hoy, pero fuentes
de la Comisión Europea -la institución encargada de negociar en
nombre de los Veintisiete- señalaron que se han extendido, al menos,
hasta mañana.
En las negociaciones participan desde el jueves los ministros de
Comercio de Colombia, Luis Guillermo Plata, y de Perú, Martín Pérez,
que han acudido a la capital belga para dar un último impulso
político al proceso.
El acuerdo establecerá una cobertura del 100 por ciento de
productos industriales de las partes, con un desmantelamiento
arancelario completo en un máximo de diez años, así como la
protección de más de 200 indicaciones geográficas de la UE.
Además, incluye compromisos ambiciosos en servicios y
contratación pública, así como el establecimiento de normas y
mecanismos claros de cooperación, especialmente en el área de
aduanas, normas fitosanitarias, propiedad intelectual o competencia.
En la última etapa de la negociación los andinos seguían
solicitando un mejor acceso de productos agrícolas al mercado
europeo como bananas, azúcar, ron, arroz y carne de ave y de vacuno.
Colombia quiere mejorar las condiciones para sus exportaciones de
banano que las del acuerdo de diciembre en Ginebra, que rebajará el
arancel de 176 euros por tonelada a 114 euros en unos ocho años.
También confía en mejorar el cupo de exportación de 62.000
toneladas de azúcar sin gravámenes ofrecido por la UE.
Perú espera, en concreto, que el acuerdo tenga en cuenta 200
millas de mar peruano a la hora de establecer las reglas de origen
de los productos pesqueros.
Europa aspira a una mayor apertura de Bogotá a sus lácteos,
espirituosos y vehículos (para los que Colombia impone aranceles del
35 por ciento).
Bruselas destaca que la naturaleza de este tratado "no es sólo
comercial", ya que comprenderá cláusulas relativas a la protección
de los derechos humanos y al desarrollo sostenible.
Según fuentes comunitarias, el tratado se podrá suspender de
manera unilateral (con la aprobación unánime de los países
europeos), si se registran violaciones de los derechos humanos.
Además, si no se cumplen las convenciones medioambientales y
laborales, el pacto no quedaría suspendido automáticamente, pero un
panel de expertos emitiría recomendaciones que serían publicadas y
estarían abiertas a la sociedad civil.
Una vez cerrada la negociación del tratado tendrá que ser
rubricado para pasar un proceso de verificación jurídica y de
traducción, que podría llevar unos meses según las fuentes europeas.
A continuación, deberá ser firmado por las partes y enviado al
Parlamento Europeo (que tiene poder co-legislativo en este ámbito
desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa el pasado 1 de
diciembre) para su ratificación, así como a los órganos pertinentes
colombianos y peruanos. EFE