Panamá, 10 may (EFE).- El Gobierno panameño salió hoy al paso de las reacciones y críticas a su proyecto de construir una "torre financiera" en los terrenos de la antigua embajada de EE.UU., en la capital, ante los que consideran que afectaría a un viejo hospital que sobrevive a la renovación urbanística de la zona.
El ministro panameño de Economía y Finanzas, Alberto Vallarino, aclaró en rueda de prensa que la torre, cuyo coste superará los 200 millones de dólares, no comprometerá fondos púbicos ni afectará a las instalaciones del viejo Hospital Santo Tomás (HST).
Vallarino señaló que el proyecto ayudará al "rescate urbanístico" de la zona, en la que abundan edificaciones altas, y que será un "icono turístico" del país, el primero de su clase en la región.
El Gobierno aspira a que la construcción esté lista para 2013, cuando se cumplen los 500 años del descubrimiento del Mar del Sur (océano Pacífico) por Vasco Núñez de Balboa, por lo que en su diseño se incluye un monumento para conmemorar ese hecho histórico.
La torre tendrá en su cúspide un mirador abierto al público y albergará entidades públicas, empresas locales y multinacionales.
Un grupo de artistas presionó sin éxito al Gobierno para que no demoliera el edificio de la antigua embajada estadounidense y que cediera las instalaciones para convertirlas en un centro cultural.
La embajada de EE.UU., que construyó su edificio en 1938 frente a la bahía de Panamá, se trasladó en 2007 a una edificación moderna en terrenos que pertenecieron a la base militar estadounidense de Clayton, en las orillas del Canal, luego de que el Gobierno del presidente Martín Torrijos (2004-2009) acordara el canje de terrenos.
Vallarino dijo no tener ningún "interés particular" en el proyecto y afirmó que no es un "invento" suyo ni una iniciativa "improvisada", ya que está con otras obras de infraestructura en el plan estratégico del Gobierno para el período 2010-2014.
El ministro dijo que el Estado será un "socio pasivo" en este proyecto, que será ejecutado, desarrollado y administrado por un "asociado estratégico" del sector privado que le ofrezca los mayores dividendos por la venta comercial de dos tercios del edificio, y que será escogido próximamente en una licitación pública.
La edificación, un tercio de la cual la ocuparán entidades públicas del sector económico, se levantará con una participación público-privada en la que el Estado aportará los planos de la obra y los terrenos, valorados entre 30 y 35 millones de dólares, mientras que el socio del Gobierno pondrá un monto similar, explicó.
"Estamos estructurando un proyecto sólido financieramente para que tenga sentido económico y comercial", indicó Vallarino, quien aseguró que el proyecto no requiere de fondos públicos y no generará "déficit fiscal" ni "deuda pública".
Esta iniciativa, al igual que la futura ciudad gubernamental, pretende evitar en parte el pago de alquileres por las oficinas públicas, que cuestan al estado unos 50 millones de dólares anuales.
En cuanto al hospital próximo a los terrenos donde se levantará la torre, Vallarino dijo que se beneficiará por el proyecto, porque mejorará y ampliará sus jardines y varias de sus instalaciones.
La Fundación Belisario Porras, que lleva el nombre del presidente panameño que ordenó la construcción del HST en 1924, se opone al proyecto por considerar que afectará al hospital.
Ana Elena Porras, miembro de la Fundación, dijo a Efe que este proyecto "va a hacer inviable el buen funcionamiento del HST", y pidió hacer "más consultas" sobre la obra.
El arquitecto panameño Ignacio Mallol, cuya firma diseñó la torre, explicó que el proyecto incorpora los jardines del HST, conecta con una de las estaciones del futuro metro y con el área marítima del paseo de la Avenida Balboa, frente a la bahía. EFE
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