Ginebra, 5 feb (EFE).- El escándalo por la manipulación de la tasa interbancaria Libor ha golpeado con fuerza a UBS, el mayor banco de Suiza, que hoy informó de una pérdida en 2012 de 2.511 millones de francos suizos (2.000 millones de euros al cambio).
Las fuertes pérdidas, que contrastan con el beneficio de 4.138 millones de francos de 2011, fueron consecuencia de un segundo semestre nefasto, con pérdidas netas atribuidas de 4.027 millones de francos (2.137 en el tercer trimestre y 1.890 en el cuarto).
En un comunicado, la entidad bancaria atribuyó el resultado a los 2.080 millones de francos (1.600 millones de euros) apartados para hacer frente a los gastos judiciales y a las compensaciones en relación a su participación en la manipulación del Libor.
UBS fue multada en diciembre con más de 1.500 millones de dólares, a pagar a los reguladores de EEUU, el Reino Unido y Suiza, por manipular la citada tasa interbancaria en beneficio propio y en colusión con otras entidades financieras que operan en Londres.
1.200 millones de dólares son para el Departamento de Justicia y la Comisión de comercio de futuros de materias primas de EEUU; 260 millones para Autoridad británica de Servicios Financieros (FSA), y 64 millones para el supervisor bancario suizo FINMA.
Esto se suma a los 414 millones de francos (330 millones de euros) destinados a afrontar los costes de reestructuración de la entidad, que supondrá hasta 2015 el despido de 10.000 de sus 54.000 empleados, la mayoría vinculados a su división de inversión.
UBS destacó que frente a estos malos resultados su línea de negocio principal, la de gestión de fortunas, ha experimentado una evolución positiva, ya que ha conseguido atraer 46.900 millones de francos (38.100 millones de euros), un 31,7 % más que en 2011.
El banco anunció, por otra parte, un programa de recompra de bonos de la entidad hasta un tope de 5.000 millones de francos (unos 4.00 millones de euros) para rebajar los costes de financiación, la reducción en un 7 % el dinero destinado a las primas salariales y la recomendación de aumentar un 50 % el dividendo a los accionistas.
El dato de 2012 es una nueva vuelta de tuerca al deterioro del prestigio y la imagen de la entidad, inmersa en un profundo programa de reestructuración a causa de la crisis, y del agujero financiero de 1.800 millones de euros que dejaron las actividades ilegales de uno de sus intermediarios financieros en la división de inversión en Londres.
El intermediario Kweku Adoboli fue condenado a 7 años de cárcel por un tribunal británico por crear datos ficticios para camuflar los riesgos financieros que asumía y que, según declaró durante el juicio, contaban con el visto bueno de sus superiores.
El caso se cobró la cabeza en septiembre de 2011 del entonces consejero delegado, Oswald Grübel, que había asumido el cargo en 2009 para salvar a la entidad de las consecuencias de su alta exposición a la crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos.
La implicación de UBS en los activos tóxicos supuso unas pérdidas de 39.000 millones de francos y la intervención del Estado suizo para evitar su quiebra en 2008.
Pese a que tanto el escándalo del Líbor como el del agente bursátil de la capital británica se resolvieron sin que la cúpula directiva apareciera como responsable de ambos escándalos, la imagen del banco ha sufrido mucho y UBS busca la manera de recuperarla.
El consejero delegado, Sergio Ermotti, manifestó que lo ocurrido en 2012 es "un duro recordatorio" de lo que ocurre cuando los bancos no están a la altura de las circunstancias, pero aseguró que se han tomado medidas para hacer frente a "los tropiezos del pasado".
Tras conocerse los resultados de 2012, las acciones de UBS se depreciaban un 0,70 % al mediodía en la Bolsa de Zúrich. EFE